Hernán Bermúdez Requena, político y empresario cercano a Adán Augusto López Hernández, actual líder Morena en el Senado, fue nombrado por éste como secretario de Seguridad Pública del estado de Tabasco el 11 de febrero de 2019.

Cuando López Hernández pidió licencia a la gubernatura para asumir como secretario de Gobernación, en agosto de 2021, Hernán permaneció en su puesto, hasta que fue destituido por el gobernador sustituto Carlos Merino, en el marco de una ola de violencia, el 5 de enero de 2024. Días antes, el 23 de diciembre, se había suscitado un enfrentamiento entre presuntos delincuentes rivales en la casa del secretario de Seguridad.

Bermúdez Requena no padeció la difusión de una veintena de informes militares en los que se le señalaba como El Comandante H, cabeza de la organización delictiva La Barredora. Es más, cuando se preguntó al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador por esos documentos –filtrados por el grupo de hackers Guacamaya, en octubre de 2022–, sólo dijo que se trataba de “calumnias”.

Por año y medio, nada se supo de Hernán. Durante ese lapso ocurrió el cambio de gobierno en Tabasco y Javier May, el nuevo mandatario estatal, declaró, refiriéndose a la inseguridad en la entidad, que “quienes estuvieron antes de nosotros tendrán que explicar todo esto”, pero sin mencionar a alguien en específico.

El viernes pasado, el general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30 Zona Militar, con sede en Villahermosa, declaró en una entrevista con Gabriel Aysa Marín, de Radio Fórmula, que existía una orden de aprehensión contra Bermúdez Requena y colaboradores cercanos, desatándose el actual escándalo político, que salpica a Adán Augusto.

El militar dijo que la instrucción judicial de detener al exsecretario de Seguridad fue girada el 14 de febrero, pero que éste salió del país antes de que pudiera ejecutarse. Fuentes del Gabinete de Seguridad –que el martes dará información del tema, según ha dicho la presidenta Claudia Sheinbaum– señalaron que la huida se dio el 26 de enero.

Al momento de escribir estas líneas, no se conocía el paradero de Bermúdez Requena, quien es buscado por la Interpol; y López Hernández ha permanecido en silencio sobre el caso, aunque recibió un espaldarazo por escrito por parte de los senadores de su partido.

Ahora, lo que no está claro:

La decisión del general López Martínez de divulgar, en conversación periodística, que hace cinco meses se giró una orden de aprehensión contra Hernán, ¿fue personal o por instrucción? No se sabe, pero la costumbre suele ser que los militares pidan permiso a sus superiores antes de conceder una entrevista.

La presidenta Sheinbaum declaró esta semana que no existe una investigación contra el senador López Hernández, pero llama la atención que éste no haya aparecido públicamente ni haya difundido alguna declaración desde el viernes.

¿Es casualidad que se haya detonado este escándalo –que pega a Tabasco y a uno de los hombres más cercanos al expresidente López Obrador– justo en el momento en que Washington comienza a ejercer mayor presión sobre México?

En cualquier caso, hay que preguntarse por qué no sufrió consecuencia alguna Bermúdez Requena cuando se filtraron los documentos de Guacamaya, o cuando dejó el cargo en enero de 2024. Y cómo fue que pudo salir del país poco antes de que se girara la orden de aprensión. ¿Existió un pitazo? Si lo hubo, ¿salió de la FGR o de la Fiscalía de Tabasco?

Otra pregunta: ¿Estará interesado Estados Unidos en dar con Hernán antes de que lo haga el gobierno de México?

Y quizá la incógnita central de esta serie de acontecimientos insólitos sea qué tan tocada está la carrera política de Adán Augusto. ¿Qué tanto sabía el exgobernador de las actividades de su subalterno? ¿Es éste el inicio de un ajuste de cuentas de la presidenta Sheinbaum con quien fue su contrincante en la carrera por la postulación en 2024, o será, como dice ella, que ninguna investigación apunta al jefe de la bancada morenista en el Senado?

Your Email address will not be published.