Algunos de los principales bancos que operan en México ya iniciaron gestiones directas en Estados Unidos para evitar ser involucrados en presuntos vínculos con el narcotráfico, revelaron fuentes cercanas a la Asociación de Bancos de México (ABM). El objetivo es adelantarse a cualquier señalamiento del Departamento del Tesoro y proteger sus operaciones ante un contexto de creciente incertidumbre.
Desde esta semana, despachos de cabildeo en Washington, como la firma Ballard Partners, ya se encuentran trabajando en nombre de entidades bancarias mexicanas. Ballard, con fuertes vínculos con figuras del entorno de Donald Trump, abrió recientemente una oficina en la Ciudad de México, lo que ha facilitado el acercamiento con el gobierno estadounidense.
El movimiento refleja la desconfianza del sector financiero en la capacidad del nuevo secretario de Hacienda, Edgar Amador, para enfrentar las acusaciones que ya afectan a instituciones como Vector, Intercam y CI Banco. En el caso de Vector, fuentes señalaron que se analizan escenarios como declaraciones de culpabilidad por parte de ejecutivos, pago de multas y el establecimiento de esquemas de supervisión externa.
Las gestiones ante el Tesoro buscan que la dependencia emita lineamientos claros y permita incluso la presencia de veedores especializados en prevención de lavado de dinero dentro de los bancos mexicanos, replicando un modelo similar al aplicado en HSBC tras su escándalo con el Cártel de Sinaloa.
México representa un mercado clave para casas matrices extranjeras como Santander y BBVA, cuyas utilidades en el país son fundamentales para su operación global. Por ello, las entidades buscan mantener su relación con el gobierno de Estados Unidos al margen de la tensión que atraviesa actualmente la relación bilateral.
El señalamiento del Tesoro podría implicar consecuencias severas, incluyendo la venta forzada de operaciones en México, como ya lo intentó Citigroup con su filial Banamex.
