ES CURIOSO que para el gobierno morenista, la autonomía de la UNAM existe para los destrozos, pero no para los recursos. Porque mientras las autoridades capitalinas permiten que un grupo de manifestantes destruya patrimonio cultural como el MUAC y saquee la librería “Julio Torri”, las federales le apretaron este año el cinturón presupuestal a la universidad “autónoma”.

ORIGINALMENTE la presidenta Claudia Sheinbaum había dicho que se incrementaría, por lo menos, al igual que la inflación, para quedar tablas. Sin embargo, en diciembre pasado Hacienda intentó recortarle casi 10 por ciento. El reclamo de la UNAM obligó al gobierno a recular y terminó otorgando una migaja de incremento de alrededor del 3 por ciento.

SI REALMENTE existiera ese interés del Ejecutivo federal por la autonomía universitaria, podría aplicar la fórmula de la Universidad de Guadalajara que en Jalisco tiene un presupuesto constitucional que le garantiza, por lo menos, el 5 por ciento del total del presupuesto estatal.

PERO NO, en el caso de la UNAM la autonomía sólo sirvió para que Clara Brugada se lavara las manos de por qué sus policías permitieron el ataque contra la institución y hasta la quema de libros.

POCO LE DURÓ la valentía al titular de la Profeco, Iván Escalante. Pese a que él mismo le puso el cascabel al gato del influyentismo, el funcionario ahora decidió guardarse los nombres de las y los morenistas que andan haciendo de coyotes ante esa dependencia.

POR MÁS QUE se le insistió al participar en la mañanera de ayer, Escalante dio más vueltas que una pirinola para no revelar quiénes le pidieron “favores” para empresas que fueron sancionadas por la Procuraduría de Consumidor.

ASÍ COMO las etiquetas nutricionales de los alimentos, a Escalante habrá que ponerle dos sellos: “Alto en Expectativas” y “Bajo en Revelaciones”.

LA POPULARIDAD de Donald Trump se está derritiendo como su maquillaje naranja bajo el sol de Florida. De acuerdo con la última encuesta de la CBS, su aprobación ha caído ¡10 puntos! en sólo 6 meses, lo cual es irónico porque prometió que los únicos que bajarían serían los precios, pero no fue así.

ESTA CAÍDA significa que ha perdido el apoyo que logró fuera de la tradicional base MAGA. Es decir, todos aquellos que votaron por él esperando algo mejor, muy rápidamente se desilusionaron. Por ejemplo, el tema de las deportaciones les parece que ha ido demasiado lejos.

Y AUNQUE sus seguidores se mantienen más o menos fieles, entre este sector también hay descontento, pues dicen que se está enfocando más en los aranceles que en los precios. Y los MAGA believers lo que quieren es menos Estado, menos inmigración y menos inflación.

ASÍ QUE nadie se sorprenda si en los próximos días sale Donald Trump a culpar de la carestía a Felipe Calderón, perdón, a Joe Biden, es que el truquito se parece mucho.

Templo Mayor

La columna Templo Mayor es una sección de opinión publicada en el periódico Reforma. Firmada bajo el seudónimo F. Bartolomé, ofrece comentarios y análisis sobre la política y la actualidad nacional.

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