Entrar a la página de Vector Casa de Bolsa es pisar un pueblo asolado. Debajo de la frase de bienvenida, “experiencia financiera global dedicada a ti”, pende como edicto contra la peste el comunicado que difundieron el 25 de junio, en el que, sustantivamente, dicen: “Las inversiones de todos y cada uno de nuestros clientes están 100% respaldadas por los instrumentos de inversión en los que se encuentran invertidas”. El 25 de junio, para quien no lo recuerde, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos los acusó de haber hecho operaciones con organizaciones y estructuras productoras y distribuidoras de fentanilo y opioides, noticia que, según el director general, Edgardo Cantú, “fue muy grave y nos tomó por sorpresa”. No han querido comunicar más ni detener versiones, como que la FGR los investiga por supuestas transferencias con una prestadora de servicios que operaba para El Chapo Guzmán. En el mercado financiero mexicano, mientras, crece la versión de que una parte sensible de los 31 mil clientes de Vector está mudando sus inversiones a otras firmas. El palo está dado. Bastó la palabra americana. En un segundo click en la página, Vector invita: “Arma un portafolio de inversión desde 10 mil pesos, tú manéjalo, comienza a invertir aquí”. Qué desolación.
