QUIÉN LO IBA A DECIR: empezamos la semana al borde de la Tercera Guerra Mundial y ahora llegamos al viernes con la enésima batalla política entre México y Estados Unidos. Ahora entre la UIF y su equivalente norteamericano, la FinCEN.
PERO TAMBIÉN porque ya privaba la desconfianza mutua desde mucho antes que el gobierno de Donald Trump diera este golpe. Y ahora con las respuestas de que no sabían nada y no había pruebas, la UIF quedó muy exhibida.
A LA DIRIGENCIA nacional del PAN se le atragantó el bolillo con el escándalo en el que se metió el guanajuatense Diego Sinhue Rodríguez, por habitar en Houston la casa del representante de uno de sus proveedores favoritos en materia de seguridad. De poco le valió su aclaración de que el inmueble en Woodlands no se lo habían regalado.
INCLUSIVE el senador Ricardo Anaya le pidió que muestre los papeles de la renta de la casa y aclare el enredo, cosa que el ex gobernador guanajuatense no ha hecho.
LO PARADÓJICO es que los contratos a la empresa eran para mejorar la seguridad pero resulta evidente que Guanajuato tiene uno de los peores índices de homicidios y de violencia, al nivel de Sinaloa y Colima. El asunto ha crecido a tal punto que comienzan a escucharse versiones de quienes afirman que hay sospechas de sus manejos con gobiernos estatales y con el federal. Así que si viene por ahí algún deslinde sobre contratos ya pactados… que nadie se sorprenda.
EL QUE SALIÓ a apagar rumores fue el sonorense Alfonso Durazo, pues a unos cuantos días de que se decía que no podía ingresar a Estados Unidos… se dejó ver de visita en Phoenix. El morenista acudió a la reunión plenaria de la Comisión Sonora-Arizona y, pues no, nadie le impidió la entrada.