La red comenzó a crearse en los 80, pocos años después de que el laboratorio Searle inventara la pastilla Cytotec, el nombre comercial del misoprostol. Al principio, “miso” se usaba para lo que había sido diseñada: el tratamiento y prevención de las úlceras. Pronto, mujeres pobres en Brasil se percataron de que podrían aprovechar uno de sus efectos secundarios. Misoprostol era un método seguro para abortar en casa, sin la intervención de un médico.
Colectivas feministas en Ecuador, Argentina, México se organizaron para hablar públicamente sobre el uso de misoprostol. Organizaron líneas de ayuda, publicaron guías, se conectaron en nodos de una red invisible que creció orgánicamente.
Primero, se pasaban información, luego desarrollaron el método de acompañamiento, una forma de compañerismo entre mujeres durante el proceso de aborto con misoprostol, que a muchas les salvó la vida, o les permitió manejar el sangrado, el dolor, las molestias, sin acudir a un hospital.
En México, hasta hace pocos años aún era ilegal el aborto en la mayoría de los casos. Verónica Cruz, de la colectiva Las Libres, comenzó a conectar a unas mujeres con otras para conseguir misoprostol y abortar de forma segura, fuera del sistema médico legal. Hace tres años, el trabajo de Cruz tomó otro giro.
El 24 de junio de 2022, la Suprema Corte de Estados Unidos eliminó la garantía de aborto legal en ese país. Casi de inmediato, más de una docena de estados restringieron el aborto legal y otros pusieron reglas más restrictivas. Desde Las Libres, se organizaron para ayudar. En los últimos años, Las Libres y otras voluntarias desde Latinoamérica se han organizado para ayudar a mujeres en Estados Unidos a conseguir las pastillas, tener asesoría para usarlas y evadir a las autoridades, incluso al personal médico, que en muchos estados ahora debe reportar a una mujer que llega con una emergencia médica después de un aborto casero.
En el último año, en mi equipo de Latino USA, en colaboración con el show Embedded de la Radio Pública de EU (NPR, por sus siglas en inglés), hemos investigado esta red informal. Nuestra investigación, en la que trabajé como productora ejecutiva, no se enfoca en la polarización en torno a si el aborto debe ser legal. La investigación se centra en cómo han sucedido las cosas, es decir, cómo esta red latinoamericana primero expandió el uso seguro del misoprostol y ahora está cambiado el panorama del aborto en Estados Unidos, al margen de las leyes.
Nuestras conductoras, las brillantes periodistas Victoria Estrada y Marta Martínez, junto a otras reporteras sensacionales en nuestro equipo y NPR, han logrado explicar cómo ahora desde México, y otros sitios de América Latina, están ayudando a las mujeres estadounidenses, cómo el modelo de acompañamiento está salvando la vida y de la cárcel a muchas mujeres en EU hoy.
El resultado de esta investigación es The Network, una serie podcast que ya está disponible y que mira, como pocas veces, qué pasa cuando el sur enseña al norte y, sobre todo, cuando las mujeres encuentran en una red informal la seguridad sanitaria que no ofrecen los gobiernos, y a veces, tampoco las redes formales de la medicina.