Habrá quien considere que los ataques del fin de semana contra instalaciones nucleares en Irán fueron una acción arrebatada y ventajosa, violatoria del derecho internacional que coloca al mundo al borde de una tercera guerra global. Habrá quien opine que, al contario, esos bombardeos estadunidenses ponen un freno a un régimen totalitario que estaba enriqueciendo uranio a un grado sólo útil para producir bombas atómicas y, en ese sentido, contribuyeron a hacer avanzar la paz en Oriente Medio.
Ayer se discutía en los programas noticiosos de la Unión Americana si el presidente Donald Trump había rebasado sus poderes constitucionales o si, al revés, había actuado correctamente al prevenir un ataque inminente de Teherán con armas de destrucción masiva. Lo cierto, en medio de todo ese debate, es que Trump hizo algo que muchos expertos dudaban: involucrarse en el conflicto entre Israel e Irán.
Y es que varios sostenían que el mandatario no se arriesgaría a dividir a su partido, en el que había posiciones encontradas sobre la participación estadunidense en guerras foráneas; que tampoco tomaría medidas que pudieran hacer subir el precio de los combustibles, cuando estamos a meses de que se inicien las campañas para las elecciones intermedias de 2026, en las que está en juego una endeble mayoría legislativa por parte de los republicanos, y que no daría a Rusia y a China, las otras dos superpotencias militares, pretextos para realizar ataques similares.
Pero Trump lo hizo. Ordenó el bombardeo de los sitios de desarrollo de energía nuclear en Fordo, Natanz e Isfahán —mediante el lanzamiento de bombas conocidas como antibúnker y misiles crucero Tomahawk— y amenazó con continuar con los ataques aéreos si Irán no pone fin a su intento de construir armas nucleares y, peor aún, si toma represalias contra soldados o civiles estadunidenses. Con ello, Trump cruzó un Rubicón bélico. ¿Quién puede apostar, ahora, que Trump no cumplirá otra advertencia, que hizo antes incluso de emprender su campaña de 2024, de emplear la fuerza militar para dañar a los cárteles de la droga en México?
En una ocasión, en 2023, en un video promocional que aún se puede ver en internet (https://miniurl.cl/bfwazy), y en el que habló del tráfico de fentanilo y metanfetamina hacia su país, prometió lo siguiente: “Ordenaré al Departamento de Defensa hacer el uso apropiado de fuerzas especiales, guerra cibernética y otras acciones, abiertas y clandestinas, para infligir el máximo daño al liderazgo, infraestructura y operaciones de los cárteles. Designaré a los principales cárteles como organizaciones terroristas internacionales”.
Como se sabe, Trump ya cumplió la segunda parte de esa promesa hace cuatro meses.
Diversos miembros del equipo de Trump han hecho eco de su posición de lidiar con los cárteles mediante acciones militares. Por ejemplo, su zar fronterizo, Tom Homan, quien el 11 de noviembre, días después del triunfo de Trump en las elecciones presidenciales, dijo a Fox News que el magnate estaba “comprometido con designarlos como organizaciones terroristas y usar toda la fuerza de las operaciones especiales para borrarlos de la faz de la tierra”.
Resuelto el tema migratorio con México –el propio Trump se ha congratulado del desplome del número de personas que intentan llegar a Estados Unidos sin documentos— y aplicados los aranceles a las exportaciones mexicanas —tema que sigue negociándose—, el gran pendiente en las relaciones bilaterales es el del combate a la criminalidad, como lo demuestra el hecho de que en la larga reunión que sostuvo el subsecretario Christopher Landau con la presidenta Claudia Sheinbaum, el 11 de junio en Palacio Nacional, uno de los funcionario mexicanos presentes fue el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Toda persona sensata espera que México recupere la seguridad en sus calles y despoje de poder a los cárteles que actualmente controlan vastas regiones del país y se han infiltrado en las instituciones (al menos en el nivel municipal).
México debiera hacerlo solo. Pero ¿quién puede saber cuánto dure la paciencia de Trump?