Se perdió la Corte. No se perdió en la elección del domingo, la desgracia venía de antes. Si acaso esto fue el velorio. Falta ahora el entierro; será el 1 de septiembre.

Lo que sí se extravió fue el voto libre y secreto. Bueno, “libre” tampoco lo ha sido las no pocas veces que se ha comprado el voto. Esto es, no solo con la 4t. Sin embargo, tenemos la primera vez que de manera descarada la gente —empezando por el expresidente— tuvo que utilizar un acordeón para votar por una lista de personajes que se sabía de antemano resultarían electos. Es sorprendente ver la similitud que existe entre el acordeón que circuló por millares y los resultados (las victorias) contabilizados al momento. Coincidencias…

Cierto, a pesar de ello (o quizá precisamente por eso) hubo personas que salieron a votar y llenaron las redes sociales con su voto anulado o votos que expresaban su enojo ante esta farsa. De los 13 millones de votos sufragados, ¿cuántos cumplen con esta condición, la de rechazo y/o anulación? Con el INE omiso, ya nunca lo sabremos, pero se estima que más de un 80% de los sufragios fueron anulados pues contenían consignas u ofensas escritas en las boletas. ¡80% de esos 13 millones!

Así las cosas.

Pero vamos a lo que se refiere a la SCJN: las tres ministras actuales que decidieron contender en este proceso ya se veían como la próxima nueva presidenta del tribunal. Nunca pensaron que las rebasaría Hugo Aguilar Ortiz, quien hasta este momento lleva la ventaja en el conteo de la votación y, con ello, se perfila para ser el próximo presidente de la SCJN. Pero no solo ellas no lo vieron venir, ¡tampoco nadie más! Eso es lo extraño y lo que quiero discutir con ustedes en esta ocasión. Otra coincidencia…

No es momento para analizar aún si su perfil, de quedar como titular del tribunal máximo, sería bueno o malo. Lo sabríamos en la medida que se fueran conociendo sus resoluciones y sentencias.

Lo que sí podemos argumentar es que es difícil creer que quien no tuvo ni la exposición ni el conocimiento entre la ciudadanía equiparables a los de Lenia BatresYasmín Esquivel y Loretta Ortiz, de pronto, de buenas a primeras, haya obtenido más votos que ellas. Pareciera entonces que los acordeones funcionaron o, peor aún, la manipulación y las directrices de alguien de muy arriba. Y nos guste o no, a eso se le llama construcción de resultados.

¿A quién le convenía que no ganara ninguna de las tres ministras? Por supuesto, en primer termino, al país. Una plagiaria, la otra ignorante y la tercera con olvidos y dejándose conducir por otros. Así, el poner un “cuarto” en discordia y luego hacerlo ganador pareciera la menos peor de las opciones.

Hugo Aguilar Ortiz, abogado indígena de Oaxaca, actual coordinador de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas del gobierno federal es quien lleva la delantera. De llegar a ser el titular del tribunal supremo sería el segundo presidente de la SCJN de origen indígena. El primero fue Benito Juárez, de 1857 a 1858.

Sea él o Batres, el voto ha sido dictado. Se manipuló la elección para determinar la presidencia de la Corte.

Hemos sido testigos de una elección terriblemente cara, tanto económicamente hablando, como por los resultados que vendrán tras ella.

Por cierto, solo por hacer cuentas, Ariadna Montiel Reyes, titular de la Secretaría del Bienestar, informó que en este año más de 34 millones de mexicanos resultarán beneficiados a través de 18 programas sociales federales. Los programas son los siguientes: Adultos mayores; Personas con discapacidad; Niñas y niños; Sembrando vida; Mujeres bienestar; Becas Rita Cetina; Emergencia social; La escuela es nuestra; Jóvenes construyendo el futuro; Apoyo a pescadores; Producción bienestar; Precios de garantía; Fertilizantes; Vivienda y Salud casa por casa, entre otros. Supongamos que la mitad de los beneficiarios son menores de edad. Restarían entonces 17 millones 133 mil 154 personas mayores de edad que podrían haber ido a votar. Mas resulta ser que ni con los programas clientelares ‘el régimen de la transformación’ logró que la gente fuera a emitir su sufragio (y eso que falta restar los votos antes descritos, los cuales fueron anulados o resultaron un reclamo). Conclusión: los programas mencionados antes ya no sirven como programas de política pública y poco a poco tampoco como programas clientelares.

Por lo pronto sí lo suficiente para manipular y determinar la presidencia de la Suprema Corte, lo que viene siendo apenas el principio de lo que viene: la manipulación abierta y generalizada de las sentencias. La justicia ya tiene dueños.

Giro de la Perinola

(1) Y a todo esto, si quedara como presidente de la SCJN el Lic. Hugo Aguilar Ortiz, ¿a quién escucha/obedece? ¿A Claudia Sheinbaum o a López Obrador?

(2) Tiene razón Claudia Sheinbaum. En estas elecciones salieron a votar más personas que los que votaron el año pasado en las elecciones federales por el PAN (9 millones 644 mil 918 votos), por el PRI (5 millones, 736 mil 759 votos) o por el PRD (1 millón 121 mil 020 votos). Lo que resulta terrible para ella y para la 4t, sin embargo, es que compare la votación en la elección judicial con la obtenida por esos partidos de oposición en el 2024, en lugar de hacerlo con los que ella obtuvo en ese entonces: 35 millones 924 mil 519 votos. Si el domingo pasado solo votaron 13 millones de personas, ¿dónde quedaron el restante 22 millones de votantes leales? ¿Dónde los apoyadores del Movimiento?

(3) La senadora Margarita Valdez siempre se luce; ya sea como ignorante o como autoritaria. Ayer dijo que “la 4t no saldrá de Palacio Nacional en todo un milenio”. Para ser de izquierda, la legisladora es bastante fascista. ¿No sabe que eso mismo decía Hitler?, que el Tercer Reich y el nazismo durarían mil años…

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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