CON TODO Y QUE era su cumpleaños, Claudia Sheinbaum no se veía tan contenta ayer en la mañanera. De hecho sorprendió cuando dijo que los consejeros del INE se “extralimitaron” por atreverse a criticar las irregularidades de la elección judicial. Y fue más allá: “Tienen una posición política que se traduce en todo lo que esté en contra del gobierno de la Cuarta Transformación“.
CUANDO LA PRESIDENTA habla de que los recursos que maneja el INE son excesivos, que es necesario revisar el presupuesto de los partidos políticos y que en su campaña prometió una reforma electoral, no queda espacio para el optimismo. Más que una amenaza, es un aviso: la 4T va por el INE y por construir un sistema a su puritito gusto, sin voz para las minorías, sin plurinominales, sin consejeros ciudadanos o, peor aún, con consejeros “electos democráticamente” por medio del acordeón.
NO CABE DUDA de que Carlos Salinas de Gortari, Luis Echeverría, José López Portillo, Fernando Gutiérrez Barrios y Manuel Bartlett estarían orgullosos de los morenistas.
DE NO CREERSE la manera en la que el gobierno de México está pasando por encima del debido proceso. Anoche se publicó en el Diario Oficial el decreto por medio del cual la presidenta Claudia Sheinbaum reduce la edad de jubilación para los burócratas, ya no sólo para los maestros.
LOS EXPERTOS en cuestiones legales no recuerdan un caso similar, en el que, por medio de un decreto presidencial, se modifique una ley aprobada ¡por el Congreso! Si el Poder Ejecutivo ya puede hacer sus propias normas, la pregunta obvia es: ¿qué caso tiene que exista el Legislativo?
EL COLMO es que ni el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña; ni el de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, se atreverán a interponer un recurso de inconstitucionalidad en contra de los deseos presidenciales. ¡Bye, bye, República!
ES CURIOSO: cuando los españoles que representan la corrupción del gobierno de Pedro Sánchez vinieron a México, el gobierno de AMLO no les exigió que se disculparan por la Conquista. Al contrario: se dejó conquistar por las transas de los españoles, teniendo como chambelanes a Ricardo Monreal, Alejandro Murat y al líder sindical Pedro Haces. ¡Rediez!