El 20 de agosto de 2024 se produjo una masacre en Naucalpan, Estado de México. Caía la noche en la colonia San Esteban, en las inmediaciones del Campo Militar, concretamente en el barrio conocido como La Tuza.
Atraídos por una balacera, policías municipales hallaron a dos hombres tendidos en la calle, uno de ellos con un puñado de billetes en la mano. Dentro de un auto había un cadáver más, y a unos pasos, en la entrada de una vecindad, se encontraba un cuarto cuerpo.
La quinta víctima murió cuando era trasladada para recibir atención médica: todas habían recibido disparos en la cabeza.
Al menos dos de los fallecidos contaban con antecedentes penales por narcomenudeo. Las autoridades del Edomex señalaron que el sitio en donde se perpetró el crimen era un punto de venta de droga.
Un mes antes había caído en un restaurante de la zona de Polanco el líder del Cártel Nuevo Imperio, Arturo López Arellano, conocido como El 20, por quien las autoridades ofrecían una recompensa de 300 mil pesos y se hallaba involucrado, en municipios del Estado de México y al menos tres alcaldías de la CDMX –Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón—, en un extenso portafolios de actividades ilícitas: narcomenudeo, robo de combustible, secuestro, extorsión, cobro de piso, asesinato…
Las ejecuciones de aquella noche eran producto de la pugna abierta entre grupos delictivos locales tras la detención de El 20, señor de Naucalpan al menos desde 2017.
En los dos meses que siguieron a la masacre de San Esteban más de 40 personas fueron asesinadas en el municipio. En septiembre de ese año se llegó a la cifra escandalosa de 20 homicidios vinculados con el crimen organizado. Todos ocurrieron en puntos rojos de venta.
En noviembre de ese año, como parte de Operativo Enjambre, la fiscalía del Edomex detuvo al subdirector de la policía municipal de Naucalpan, Omar “N”, vinculado al delito de extorsión e investigado por la presunta venta de protección a grupos criminales.
Tras su captura, uniformados de Naucalpan denunciaron el esquema de corrupción a que los había sometido aquel mando: “entres” de entre 15 y 20 mil pesos para el bolsillo de los jefes de zona, cobro de rentas por el uso de equipos de trabajo (pistolas, chalecos, patrullas), venta de protección a bandas de robacoches y narcomenudistas, y cientos de denuncias por corrupción archivadas en Asuntos Internos.
Ese año, 80% de los habitantes de Naucalpan declararon vivir con miedo. De 23,785 investigaciones iniciadas entre enero y diciembre de 2024, 5,709 correspondían a delitos de alto impacto.
En relación con 2023, el robo con violencia había pasado de 4,932 casos a 5,272. El robo de autos con violencia también estaba disparado: llegó a 1,459 casos, prácticamente cuatro robos diarios.
En ese lapso se registraron 150 homicidios vinculados con el crimen organizado.
La Unión Tepito intentó llenar el vacío dejado por el Cártel Nuevo Imperio. El jefe de plaza, ubicado como “Axel”, tomó la distribución de droga, el robo de vehículos, las extorsiones y la trata de personas. Según un reporte de inteligencia, “Axel” ejecuta bajo contrato secuestros y ejecuciones.
El reporte consultado indica que también se registró en Naucalpan la actividad de La Familia Michoacana, bajo el mando de sujetos ubicados como “Puma” y “Calleja”, así como de un grupo identificado como Los Z35, liderado por Erick Manuel Lee Becerra, El Güero.
Esta ultima banda actúa en colaboración con otro grupo sumamente violento: Los Julios, dedicado a la extorsión de negocios y rutas de transporte, así como a la invasión de predios. Los Julios se rentan, además, como grupo de choque en campañas políticas y en apoyo de los llamados “sindicatos”. Su líder es conocido como El Tripa o Don Pancho.
Un grupo más, Los Charales, liderado por David Guerra Martínez, El 30, se mantiene en conflicto por el control y la venta de drogas, la extorsión y el robo de vehículos en el municipio.
A la lista se suman Los Bambanes (líder: Carlos Enrique Ibarrarán, El Bam), Los Batman (Joel Paredes Martínez, quien opera desde un penal la venta y distribución de drogas, el robo con violencia y la extorsión), Los Pamelas (escisión del Cártel de Sinaloa a cuyo frente se encuentran Orlando Alonso Molina, El Pamela, y Saúl García García, El Chupado), y Los Casi Guapos, que dirige Rodrigo Brayan, El Tlacoyo, y que opera al servicio de varias organizaciones criminales mayores.
Al menos dos grupos operan en el municipio el robo a transporte de carga. Integrada por Los Lobos, Los Coyotes, Los Peluches, Los Microbuseros, La Rosa, Los Pitufos, Los Cholos, Los Kikas, Los Topaz y Los Zotacos, entre una veintena de bandas, la constelación criminal abarca cientos de colonias (hay 311), golpea zonas residenciales lo mismo que populares, y mantiene en seria crisis a San Sebastián, San Antonio Zomeyucan y San Rafael Chamapa.
Datos oficiales sostienen que en los primeros meses de 2025, bajo la administración del morenista Isaac Montoya, los homicidios cayeron 14 por ciento y se comienza a observar un descenso en la incidencia delictiva. Con todo, debido al intrincado contubernio del que tomaron parte policías y funcionarios, Naucalpan sigue figurando entre los municipios más peligrosos del Edomex: violentas bandas criminales continúan operando en distintas zonas.
Excepcional columnista Don Hector De Mauleon, con todos los datos que posee y publica, el gobierno deberia de acabar con tanta lacra antes de que ellos acaben con el gobierno.