FELIZ DOMINGO del Día del Padre, mejor conocido como el Día Nacional de la Carnita Asada. Habrá quienes celebren en familia, habrá quienes celebren trabajando y habrá quienes no celebren.

ESTÁ POR VERSE si Morena reconoce finalmente su linaje y le manda una tarjeta de felicitación al PRI. Aunque, bueno, entre los priistas y perredistas podrían disputarse la patria potestad de los morenistas.

PORQUE de que Morena se parece a sus progenitores, de eso ni duda cabe. Aunque, claro, hay que reconocer que ha superado a sus antepasados. Por ejemplo, en la creación de mecanismos de censura, como está ocurriendo en Puebla y Campeche; y a nivel nacional con la reforma pendiente de telecomunicaciones.

RESULTA DIFÍCIL de entender que aquellos viejos izquierdistas, que tanto padecieron la represión y los abusos de poder, estén repitiendo el mismo camino, corregido y aumentado, porque ni siquiera el PRI en sus buenos tiempos se atrevió a promulgar una ley que convirtiera en delitos las críticas a los gobernantes.

AQUEL VIEJO PRI en el que el poblano Alejandro Armenta fue colaborador cercano del criminal Mario Marín, “el góber precioso”; y la campechana Layda Sansores también fue una orgullosa priista, hija de Carlos Sansores, quien fuera dirigente nacional del PRI. Pero, bueno, de eso ni quien se acuerde.

DIME DE QUÉ TAMAÑO es tu desfile y te diré de qué tamaño es tu… inseguridad. Con todo y que en México se hizo costumbre ver a un Presidente encabezando paradas militares, lo que se vio ayer en Washington fue bochornoso.

EN UN PEQUEÑO TEMPLETE en el corazón de la capital norteamericana, el Presidente de las manos diminutas, Donald Trump, se sentó detrás de un escudo de plexiglás a presenciar, como rey, el paso de tropas, tanques, vehículos de combate y aeronaves militares. Casualmente en el día de su cumpleaños. ¿Hugo Chávez, eres tú?

Y MIENTRAS Donald se regocijaba como el monarca del Potomac, en algo así como 2 mil ciudades se realizaban manifestaciones en las que millones de personas se unieron bajo un mismo reclamo: “No queremos reyes”. Al estilo de María Antonieta, Trump bien pudo haber dicho: “Que coman donas glaseadas”.

TODO ESO el mismo día en que un doble crimen político sacudió a Estados Unidos: el asesinato de una congresista de Minnesota y su esposo; y el intento de homicidio de un senador del mismo estado. Ni un comentario le valió a Trump la violencia, él prefirió seguir tocando el arpa.

DICE LA PRESIDENTA Claudia Sheinbaum que “el pueblo sabio” eligió a Hugo Aguilar como nuevo ministro presidente de la Suprema Corte. Suena bien eso, pero si el pueblo es tan sabio…, ¿pa’ qué necesitaba entonces un acordeón? Es pregunta que tampoco se sabe las respuestas.

Templo Mayor

La columna Templo Mayor es una sección de opinión publicada en el periódico Reforma. Firmada bajo el seudónimo F. Bartolomé, ofrece comentarios y análisis sobre la política y la actualidad nacional.

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