- Casi nueve de cada diez mexicanos desairaron la elección de jueces, magistrados y ministros.
El monumental embuste de que van a “democratizar” el Poder Judicial no fue imán suficiente para atraer votantes a las urnas. La gente no se lo tragó.
Casi nueve de cada diez mexicanos desairaron la elección de jueces, magistrados y ministros, pero el oficialismo habla de una participación “impresionante”. Optimismo que es una burla a los ciudadanos.
La gente tampoco se creyó que lo que vimos en las urnas fue “inédito”, “maravilloso”, “democrático”, “un éxito”, como sostuvo la presidenta Sheinbaum; “una hazaña”, según el senador Fernández Noroña; “participación histórica”, calificó Rosa Icela Rodríguez.
A los morenistas se les olvidó una de las frases favoritas de López Obrador: “Tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”.
La cifra de participación que maneja el oficialismo, basada en las proyecciones que hizo Guadalupe Taddei, es de entre un 12.59% y un 13.32 por ciento.
Pero hacia las 19:15 PM de ayer, la participación era de 11.87%, con el 80.4% de las casillas computadas, según el corte del INE.
Muy poco para un gobierno que, basado en encuestas amigas, presume el respaldo del 85% de la población.
* El conteo de la elección de ministros es el que va más avanzado. Refleja lo que temíamos. Se configura una Suprema Corte de toga mayoritariamente guinda.
De entrada, repiten las tres ministras identificadas con la Cuatroté: Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Loretta Ortiz. Se perfilan también María Estela Ríos, exconsejera jurídica de AMLO; y Sara Irene Herrerías, titular de la Fiscalía en Materia de Derechos Humanos.
La sorpresa la dio el abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz, coordinador de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas. Es el que más votos lleva y el que se perfila para la presidencia del máximo tribunal.
Aguilar lleva 4 millones 474 mil 535 votos. Supera a Lenia Batres, quien lleva 4 millones 246 mil 673. Hay más de 220 mil votos de diferencia.
Completan la lista de hombres Giovanni Azael Figueroa, una de las opciones con mayor preparación técnica, académica y con un discurso orientado a la apertura, inclusión y diálogo institucional.
Pero también Irving Espinosa Betanzo, magistrado anticorrupción del Tribunal de Justicia Administrativa de la CDMX, y Arístides Guerrero García, excomisionado presidente del Instituto de Transparencia de la CDMX.
* PRI y PAN anunciaron ayer que pedirán la nulidad de la elección. El senador azul Marko Cortés dijo que ya se presentó la demanda ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, porque no hubo piso parejo y por la presencia del crimen organizado.
El jefe nacional de ese partido, Jorge Romero, abundó en las razones por las cuales el PAN no reconoce esta elección como limpia.
La reforma judicial fue aprobada en el Congreso por una mayoría calificada que el oficialismo no obtuvo en las urnas. Contó con la complicidad de los órganos electorales para alcanzar la mayoría calificada en San Lázaro y hubo intimidación para doblar a senadores de oposición en el Senado.
Sobre el desarrollo de la jornada electoral, Romero dijo:
“Esto fue un festival de acordeones, un festival de acarreo, fue una obvia inducción al voto y se atreven a decir que el pueblo manda”.
Alito Moreno, presidente nacional del PRI, adelantó que su partido va a presentar denuncias claras con argumentos para solicitar que se anule la elección judicial.
Al jefe del PRI le parece “cínico” y “sinvergüenza” que Morena quiera construir la narrativa de que hubo una enorme participación en la elección de jueces, magistrados y ministros.
Ya encarrerado, Alito retó al “patán” de Gerardo Fernández Noroña —así lo llamó— a pedir públicamente, como lo comenta en privado, la renuncia de Luisa María Alcalde y de Andy López Beltrán, después de los “malos resultados” que obtuvieron en las elecciones de alcaldes en Durango y en Veracruz.
“En Durango aplastamos a Morena”, presumió Alito. Dio cifras: el PRI obtuvo 150 mil votos; Morena llegó a 140 mil; PAN, 100 mil, y MC cerca de 100 mil. Ganamos 21 municipios —16 en coalición y cinco en solitario, de 39. Morena y rémoras ganaron 16. MC conquista tres por primera vez.
El PRI ganó en Durango capital, donde Morena se fue a tercero, y Lerdo. Morena arrebató Gómez Palacio.
En Veracruz, Morena pierde 60 municipios, de acuerdo a resultados preliminares, pero conserva Jalapa y el puerto de Veracruz. Eso llevó a la gobernadora Rocío Nahle a declarar que “a veces se aprende más de los tropezones, porque lo fortalecen a uno”.