OTRA VEZ el llamado de alerta por la violencia provino de la Sierra Tarahumara de Chihuahua. En una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Maru Campos, el párroco de Guachochi, Enrique Urzúa Romero, clamó por el cese de actos armados, pues apenas el 15 de mayo en las fiestas de San Isidro Labrador hubo varios enfrentamientos armados que tuvieron en vilo a la población.
LO QUE LLAMA LA atención es lo que reveló el alcalde de Guachochi, José Miguel Yáñez, quien dijo que tras las balaceras solicitó apoyo policiaco y la respuesta que recibió es que no había efectivos, porque todas las fuerzas de seguridad estaban asignadas a ¡la gira de la presidenta Sheinbaum!
LAS INVESTIGACIONES en Estados Unidos, encargadas a la Agencia de Transporte, deberán dar cuenta de las fallas ocurridas y posibles responsabilidades en esta tragedia ocurrida en un barco que en sus 43 años no había tenido un percance tan grave.
POR CIERTO QUE las autoridades electorales deberían tomar nota del uso que hicieron militantes morenistas del barco, antes de que se accidentara, para hacer proselitismo por candidatas a ministras de la Corte en la próxima elección judicial.
CUENTAN QUE en Durango el gobernador Esteban Villegas anda muy ocupado, pero no en las labores de gobierno, sino en las estrategias electorales del PRI local.
TAN ES ASÍ, que por aquellos rumbos se afirma que tiene muy bien enfilados a sus propias fichas para la elección local de 49 jueces y magistrados, pues van como… ¡candidatos únicos!
Y DESDE LUEGO que también hay preocupación por cómo puede operar para los comicios de 39 presidencias municipales que se renovarán el 1 de junio.
CLARO QUE DEL lado contrario no cantan mal las rancheras y hay inquietud por apoyos federales a José Ramón Enríquez, el candidato morenista a la alcaldía de Durango, y de quien refieren un gasto excesivo de campaña.
SI CREÍAN que en Acapulco no podían ocurrir más desgracias, es porque no sabían que existe el Acamoto, un supuesto festival creado por Félix Salgado Macedonio que, año con año, causa cada vez más desmanes en el puerto.
ESTA VEZ el saldo es de por lo menos ocho muertos, decenas de personas heridas; comercios saqueados y más de 100 toneladas de basura regadas en playas y avenidas. Y obviamente el problema no son las motos, sino quienes las conducen. ¡Vaya manera de salvar a Acapulco!