Ni David Copperfield ha podido desaparecer 10 millones de litros de gasolina (unos 10 mil metros cúbicos). El mago logró esfumar la Estatua de la Libertad, la cual, sin base ni pedestal, ocupa 9 mil 520 metros cúbicos. Más, ya no.

Lo menciono porque 10 millones de litros es lo que se “perdió” —se robó, es el término adecuado— cuando el gobierno federal (sus Fuerzas Armadas) decomisó combustible que se estaba comercializando de manera ilegal.

Pongámoslo de otra manera. Cada pipa de gasolina de Pemex tiene entre 20 mil y 40 mil litros de capacidad. Esto es, cada pipa mueve entre 20 y 40 metros cúbicos. Estamos diciendo que se “desaparecieron” algo así como 500 o mil pipas. Insisto que ni Copperfield. Eso es trabajo, en cambio, de ladrones de cuatro suelas.

Con un agravante. Copperfield ha regresado o reaparecido todo lo que ha esfumado, empezando por la Estatua de la Libertad. Aquí, los millones de litros de combustible que se esfumaron ya sabemos que no aparecerán. Dónde y quién se beneficiará de este robo, podemos sospecharlo.

El segundo agravante (el principal) es que el gobierno federal reportó solo la mitad del volumen de huachicol que decomisó de la empresa INTANZA, en el operativo realizado a finales de marzo en Tampico, Tamaulipas.

Así que esto es peor que la pregunta de los ilusionistas de feria: “¿dónde quedó la bolita?”, pues al final nadie sabe, ni nadie supo dónde fue a parar una mitad de lo decomisado.

Y si bien es cierto que el dicho reza: “ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón”, en este caso el robo de combustibles no es a un ladrón, sino a los mexicanos que pagamos impuestos y también a quienes arriesgaron su vida en la operación del decomiso.

Asimismo, ‘el ladrón que roba al ladrón’ es ni más ni menos que el propio gobierno federal. Lo que no es tema menor. Hay funcionarios públicos que están haciendo todo por mejorar la seguridad en el país, por detener las corrupciones y en su mismo equipo hay quienes solo ven la forma de enriquecerse de manera ilícita.

La investigación realizada por el organismo Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, publicada por el diario Reforma, señala a Francisco Javier Martínez, directivo de la Administración del Sistema Portuario Nacional y socio de INTANZA, la empresa involucrada en el contrabando de los millones de litros de diésel.

Pero la corrupción no se detiene o circunscribe a territorio nacional. La compañía Arroyo Terminals, en Texas, lavó 47 millones de dólares a empresas ligadas al crimen organizado en nuestro país. En especial a empresas cuyas actividades están ligadas al contrabando de combustibles robados. La investigación en contra de esta empresa en Estados Unidos (llevada a cabo por autoridades estadounidenses) señala que el hidrocarburo es robado y llevado ilegalmente a su país para que ahí se refine con complicidad de plantas locales. Ante el tamaño de la corrupción (boquete a los productores de crudo allá), se señala que el petróleo obtenido fuera de la regulación del gobierno mexicano y proveniente de México se considera producto de organizaciones criminales mexicanas.

Hay quien dirá que las estafas petroleras empezaron con José López Portillo cuando el director de Pemex era Jorge Díaz Serrano.

Este “desapareció” un buque-tanque petrolero. Apareció el pago del combustible que transportaba en las cuentas de Pemex, pero nunca se encontró el barco en cuestión. Ese sí más grande que la Estatua de la Libertad… Lo digo porque seguramente escucharemos de algún papanatas (o inútil justificador) decir: “antes se robaba más”. Uno esperaría que los que se vendieron como “diferentes” y prometieron “no robar y no mentir”, sí fueran diferentes, no robaran y no mintieran. Pero, ya ven, aquí estamos…

Los casos de corrupción, robo, fraude y desfalco de la 4T -—que, aunque recientes, no son pocos—, continúan; son un quebranto a la nación y a todos los mexicanos. Los más dolorosos son los que impactan al sector salud.

Quizá por eso, de forma excepcional en lo que va del sexenio, la Secretaría Anticorrupción inhabilitó a una empresa e indaga a 16 más por fraudes en la venta de medicamentos. Alista, encima, una denuncia penal en contra de otra compañía por falsificar documentos en la compra de medicinas y tratamientos. Ojalá que también se encarcele a quienes desde el gobierno permitieron esas transas.

TRES EN RAYA

La ignorancia y la soberbia son atrevidas. Donald Trump informa al mundo que le gustaría ser Papa… ¿Le pondría aranceles a las hostias para comulgar?, ¿al vino de consagrar?, y ¿qué haría con las limosnas de las iglesias? A los niños migrantes y a los pobres seguro los excomulgaría…

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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