Lo celebro. Más allá de lo que admitan o de lo que callen. Hay cambio de estrategia en el rubro de la seguridad pública y qué bueno. Así sea porque los Estados Unidos presionaron o porque se entendió que no se podía seguir con aquella otra farsa de hacerse de la vista gorda con tanto criminal. Sea porque los militares estaban cansados de que los delincuentes se pitorrearan de ellos (cuántas veces lo vimos en TV) o porque quienes les tomaban el pelo eran las propias autoridades civiles (por ejemplo, después de arriesgar la vida y capturar a Ovidio Guzmán, tenerle que soltar).
Sea cual sea la razón, qué bueno que ya no seguirá el injusto drama de que a los delincuentes se les tratara con la mayor de las deferencias y a los encargados de la seguridad solo se les pusieran trabas.
Se ve presente a un secretario de Seguridad. Y en coordinación con sus iguales de Defensa y Marina, logrando decomisos, un alto a laboratorios de fentanilo (cuya existencia tanto negó López Obrador) y también la captura de líderes criminales como “El Yogurt” del CJNG, quien lideraba a un comando integrado por exmilitares colombianos.
Este fin de semana fueron detenidos en Michoacán nueve delincuentes y abatidos 12 sicarios. Quienes realizaron la captura fueron integrantes de la Marina, pero con inteligencia y estrategia por parte de la SSPC.
¿Falta mucho? Muchísimo. Mas es la primera vez que se decomisan millones de litros de huachicol fiscal, delito que está generalizado en México y del que estuvo informado el ex Ejecutivo Federal desde el 2018. También es la primera vez que se desarman los laboratorios de fentanilo, mientras que el decomiso de droga de todo tipo durante este sexenio, en comparación con el anterior, es indicativo de que el cambio va en serio.
Omar García Harfuch es de los pocos integrantes del actual gabinete federal que se ve activo, realizando su chamba, y sin buscar la luz de los reflectores. El secretario de Seguridad no solo se tiene que enfrentar a los delincuentes, en particular a los narcotraficantes, sino que sigue enfrentando el rechazo del ala dura de Morena. No es para menos, en más de una ocasión se le ha señalado como de los pocos integrantes del gabinete federal que entrega resultados. Los contrastes no caen bien.
Y con ello demuestra, así sea indirectamente, que la estrategia implementada durante seis años no era la adecuada.
Lo anterior no quita que la resistencia delincuencial sigue siendo fuerte. Tan solo notar la mortal bienvenida que tuvo el novel embajador de Estados Unidos en nuestro país. Él llegó el viernes y el sábado asesinaron en Guadalajara a dos consultores mexicanos que trabajaban para la Embajada de Estados Unidos en nuestro país.
O el cuerpo sin vida que fue hallado en Reynosa, Tamaulipas. Sitio donde en la mañana del mismo día, habían encontrado otro cuerpo.
Tampoco se nota aún este cambio para las madres y padres buscadores. Si acaso ahora tienen mayor conocimiento de las academias del crimen.
El número de asesinados al día continúa siendo de terror. La paz y la seguridad se ven aún muy lejanas.
Y la elección de miembros del Poder Judicial solo empeorará lo descrito anteriormente. Poco importará entonces que la vida de marinos, soldados y policías se pongan en juego y que atrapen a los delincuentes si algunos serán liberados desde algún juzgado.