Claudia Sheinbaum tenía que haber ido a los funerales del papa Francisco. En su defecto, haber mandado al secretario Juan Ramón de la Fuente. Y ello no hubiese implicado que México dejara de ser una república laica. Que la presidenta no sea católica no le impide asistir a este tipo eventos de magno reconocimiento a figuras varias de la política internacional.

A los funerales del papa asistirán gobernantes de todo el mundo, de todas las ideologías y creencias. Inclusive habrá uno que otro agnóstico. Los asistentes no estarán ahí para ser juzgados o convertidos, sino para representar a sus respectivos países ante la muerte de un líder mundial, tanto jefe de Estado, como jefe de una de las religiones más antiguas y con mayor número de seguidores a nivel mundial. De hecho, México es el segundo país del orbe donde mayor número de católicos habitan. Y dado que la señora Sheinbaum es presidenta de todos los mexicanos, era el momento de representar a ese importante porcentaje de la población. Evidentemente ello no implica confundir gobierno con religión o, más aún, con alguna ceremonia esotérica de esas que le encantan a la 4t. Habría significado asistir como jefa de Estado, como partícipe en una ceremonia donde habrá muchos otros gobernantes de países, los cuales se encuentran como representantes de sus patrias, pero con una ventaja que no se tiene en ningún otro foro mundial: van sin una agenda preestablecida, que permite generar espacios para convivir y acercarse más allá del telefonazo.

Las razones que Sheinbaum ha esgrimido para justificar su inasistencia son falaces e incompletas.

• “No fue porque la iban a criticar más de lo que la critican por no haber ido”. Sabemos de muchas cosas que los morenistas hacen, que se les critica y eso les tiene sin cuidado.

• “No fue porque no se tiene un avión digno en el cual viajar”. Dadas las comunicaciones que hay hoy en día en la aviación, no era para que no fuera, mismo si viajase en clase turista. Y tendría forma de estar en comunicación constante con México. Aeroméxico tiene vuelo directo a Roma.

• “No fue porque somos una nación laica”. Entonces, ¿cuando era candidata, México no era laico? O, ¿en ese momento sí le convenía estar cerca del papa? Como estuvo…

Pero más allá de las sinrazones que se den, es una lástima para el país que la presidenta no asistiese a los funerales del difunto papa Francisco. Como también es una falta de tacto absoluta que fuera Clara Luz Flores, como representante de la presidenta (acompañando a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez). Esa funcionaria perteneció a una secta de reclutamiento sexual y de prostitución de menores. Bajo las estrictas formas del protocolo para estos eventos (además del sentido común), no era la funcionaria que tenía que haber asistido.

En ese mismo orden de ideas, al respecto de la fotografía que compartió la secretaria, se debe señalar que el embajador de México ante la Santa Sede, Alejandro Barranco, fue vestido conforme la etiqueta de la capilla ardiente para diplomáticos/servidores públicos de otro país. Lo mismo se puede decir de Rosa Icela Rodríguez, más no de Clara Luz, quien parecía que iba de turista.

El meticuloso protocolo funerario desarrollado por el Vaticano, honra al Pontífice fallecido, asegura una transición ordenada dentro de la Iglesia y reitera su propuesta de servir como interlocutor con cualquier país. Refleja también su función como guía espiritual de miles de millones de fieles en todo el mundo.

Los asesores de Claudia Sheinbaum, quienes consideraron que no debía asistir, son ineptos e improvisados. Pero encima, en el fondo, no les importan ni las relaciones internacionales ni dejar bien parado al país. Les importa, eso sí, cuestiones despreciables como son una “lealtad política” mal entendida y peor desarrollada a un proyecto que ni conocen. Son leales a una sigla (4t) que no saben describir.

En este caso, las relaciones internacionales resultaron lo de menos. Van de “embajadores”, de representantes de un líder, de un proyecto pero no del sentir de un país cuya mayoría sigue siendo católica.

México ha perdido presencia y peso internacional. El prestigio diplomático de nuestro país, se ha tirado por la borda. Se ha sustituido por la imagen de un Estado violento, con fosas de desaparecidos, que abraza dictadores y asila a escoria.

La representación de la 4t en el Vaticano es vergonzosa. El problema es que no solo representan a la 4t sino a todo un país y, como tal, se pediría un poco de decoro, de respeto y de lealtad a la nación.

Giro de la Perinola

La “Bansky” italiana, “Laika”, hizo su aparición con un grafiti en la ciudad romana donde se ve al papa Francisco con una aureola, dando entender que ya está muerto y mientras lee la lista de invitados “Trump, Milei, Von der Leyen y otros”, se pregunta: “y a éstos, ¿quién los invitó?”

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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