Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado y figura clave del oficialismo, atraviesa uno de sus momentos políticos más complicados, luego de enfrentamientos internos, cuestionamientos de la presidenta Claudia Sheinbaum y una votación fallida en el Senado que evidenció fisuras en la bancada oficialista.
Dos hechos marcaron su semana. Primero, Sheinbaum lanzó un llamado de atención a la senadora Andrea Chávez, cercana a Adán Augusto, por su campaña anticipada rumbo a la gubernatura de Chihuahua, lo que fue interpretado como un mensaje directo también para el líder morenista.
El segundo revés ocurrió durante la votación para designar magistrados electorales en los estados, en la que Morena y aliados no lograron la mayoría en una primera ronda. Senadores oficialistas reclamaron a López por no consultarles previamente los nombres propuestos, algunos de los cuales fueron definidos desde Palacio Nacional.
A esto se sumó la desautorización pública del senador Gerardo Fernández Noroña, quien también aspira a la presidencia en 2030, y quien cuestionó la falta de negociación en la construcción de los listados. Diferencias entre legisladores de Morena salieron a la luz en pleno debate, obligando a López a recomponer acuerdos para lograr la aprobación final un día después.
Pese a estos tropiezos, Adán Augusto sigue siendo pieza clave del engranaje legislativo de Morena, recordado por haber conseguido votos polémicos como el del panista Miguel Ángel Yunes Márquez o el del ministro Alberto Pérez Dayán para sacar adelante la reforma judicial. También gestionó la reelección de Rosario Piedra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Sin embargo, su estilo pragmático y su influencia han generado choques con figuras como Ricardo Monreal, reflejando una lucha de poder anticipada rumbo a la elección presidencial de 2030. Las diferencias internas se agudizan cuando apenas han transcurrido seis meses del nuevo gobierno.