Médicos residentes de especialidades como neurocirugía han denunciado maltrato, humillación, acoso sexual y laboral, además de castigos físicos y psicológicos en hospitales públicos del país, donde realizan su formación profesional, en condiciones que, afirman, ponen en riesgo tanto su salud como la de los pacientes.
Uno de los casos documentados ocurrió en un hospital del Estado de México en 2021, donde residentes de neurocirugía fueron obligados a dar consulta con la cabeza vendada como forma de castigo. “Nos ordenaron dar el servicio así, frente a todos. Les daba risa, el titular se sacaba fotos”, declaró uno de los afectados. Las órdenes eran enviadas por WhatsApp: “Selfie cada 4 horas”, “foto de todos a las 3 am”, y castigos por llegar tarde incluían quedarse de guardia todo el fin de semana.
Las jornadas llegaban a ser de hasta cinco días sin descanso, con turnos de 120 horas, en condiciones precarias y con una alimentación deficiente. Pese a contar con cédula profesional, los residentes son considerados becarios y reciben sueldos de entre 8 mil y 15 mil pesos mensuales.
Entre 2018 e inicios de 2025, los Órganos Internos de Control (OIC) del IMSS, ISSSTE, Pemex y Secretaría de Salud federal han recibido 202 quejas de médicos residentes, más de la mitad en los últimos dos años. La mayoría se archiva por “falta de elementos”.
En 2023, residentes del Hospital Regional 1° de Octubre del ISSSTE denunciaron haber sido forzados a pagar comidas de hasta seis mil pesos y una cena de fin de año de 52 mil pesos para médicos de mayor jerarquía, además de castigos como planas de 200 repeticiones, prohibiciones para salir del hospital y acoso sexual. La queja fue archivada tras 301 días.
La Secretaría de Salud reconoció 91 quejas en 2023 y 2024 por abusos, castigos, amenazas, tratos inhumanos, acoso y despidos injustificados. En 29 casos, los afectados fueron cambiados de sede; en otros, las quejas fueron desechadas o se emitieron compromisos de “mejora”.
En total, más de 53 mil médicos residentes forman parte del sistema de salud pública, muchos de ellos sosteniendo hospitales del IMSS, SSa y ISSSTE. “Son esclavos clínicos institucionalizados”, afirma Donovan Casas, presidente de la Red Internacional en Salud Colectiva y Salud Intercultural.
El movimiento de médicos residentes de 2019, impulsado tras retrasos en pagos y la negativa del bono sexenal, intentó visibilizar las condiciones laborales de los médicos en formación, pero las propuestas de reforma fueron ignoradas por el Congreso. Desde entonces, ha crecido el número de quejas ante OIC y jefaturas de enseñanza.
Especialistas advierten que el maltrato a los residentes impacta directamente en la seguridad del paciente y la calidad del servicio médico. Muchos médicos abandonan su formación o enfrentan consecuencias emocionales graves.
Hasta ahora, la respuesta de las instituciones ha sido escasa o nula, y quienes denuncian suelen ser dados de baja o silenciados.
El sistema de salud pública en México sigue dependiendo de médicos residentes que, aunque son pieza clave en la atención diaria, enfrentan condiciones que los colocan en una situación de vulnerabilidad extrema.