La compenetración que ha logrado la cultura de la violencia y el narcotráfico en México tiene muchas expresiones visibles y perceptibles en el México actual. Desde conductas sociales, impacto económico por el lavado de dinero y hasta expresiones de cultura delincuencial e ilegalidad, como el narcocorrido y toda la industria musical que la promueve, en donde están claramente metidos los tentáculos de los grandes cárteles de la droga mexicanos.
La perversión del corrido mexicano ocurrió cuando éste pasó de ser una narración campesina de hechos históricos o de personajes que solían encarnar valores heroicos, machistas con algunas letras también de bandidos, a convertirse en un instrumento de propaganda de capos del narco, sicarios, y líderes delincuenciales, letras que promueven lo mismo el culto a la personalidad de criminales y asesinos, que todo un estilo de vida que tiene que ver con la ilegalidad, el tráfico y consumo el de drogas. Pero todo ese mundo y esa vida criminal, a los jóvenes les es presentado en las voces de cantantes de moda juveniles –a los que ellos mismos les promueven una carrera musical— y con una lírica que convierte las conductas ilegales y delincuenciales en actos de valentía, hombría o poder, todo rodeado con el consumo de marcas de moda y el exótico glamour de la cultura buchona.
Hoy no hay duda que los narcocorridos promueven la violencia y la cultura de la ilegalidad y recientemente se demostró hasta dónde está metida esta industria criminal en las mentes y los valores de los niños, adolescentes y jóvenes de México. En un concierto público del grupo “Los Alegres del Barranco”, justo en un auditorio Telmex, propiedad de la Universidad de Guadalajara, la segunda universidad pública más grande del país, donde aparecieron imágenes en grandes pantallas del criminal más buscado del mundo, número uno en las listas de la DEA, la CIA y el Departamento de Justicia, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, mientras los músicos interpretaban un narco corrido llamado “Soy el dueño del Palenque”, en el que se hace una oda al poder y el control que tiene “el señor Mencho”, como lo suelen llamar en esa música de propaganda.
El hecho generó reacciones inmediatas en la sociedad mexicana y el gobierno. El rechazo de la presidenta Claudia Sheinbaum fue inmediato y contundente: “No debería ocurrir eso, imagínate, no está bien. Que se haga una investigación, no es correcto”, declaró la mandataria, que ante la pregunta de si debería haber sanciones, pidió que se debe esclarecer qué tipo de connotación legal tenía el acto, pero repitió en tono serio: “Hay que fijarse a quiénes invitan y cuál es el espectáculo que va a haber, porque no se puede hacer apología de la violencia ni de los grupos delictivos”.
El comentario de la presidenta hizo reaccionar a las autoridades de Jalisco que en un principio sólo se habían quedado en la “condena enérgica”, como la que hizo el gobernador emecista Pablo Lemus con un video en las redes sociales, pero que extrañamente no sancionaron al auditorio ni cancelaron el espectáculo, cuando esa es una facultad del presidente municipal de Zapopan; la Universidad de Guadalajara hizo un tibio deslinde, pero tampoco procedió a aplicar sanciones a quienes firmaron a ese grupo o ese concierto. En fin que tras la condena de Sheinbaum, la Fiscalía de Jalisco abrió una investigación en la que citó a declarar a los integrantes del grupo “Los Alegres del Barranco”, quienes al final no se presentaron a la audiencia.
A partir de ese hecho varios gobiernos estatales y municipales ordenaron cancelar conciertos y espectáculos de cantantes o grupos que interpretan narco corridos. En el palenque de la Feria de Texcoco, el pasado fin de semana, hubo disturbios graves cuando el público asistente al concierto del cantante sonorense Luis R. Conriquez se encendió porque el interprete les dijo que no cantaría corridos esa noche porque se lo habían prohibido las autoridades municipales y del Estado de México. El anuncio enfureció a la gente, que comenzó a arrojar objetos, sillas y botellas al escenario, donde el cantante huía cuando hordas de personas enloquecidas destruían todo el escenario y los aparatos musicales.
La prohibición a la que se refirió Luis R. Conriquez fue un comunicado oficial del Gobierno mexiquense, que encabeza la morenista Delfina Gómez, en el que las autoridades estatales, y municipales de Texcoco exhortaban “a no hacer apología de la violencia en eventos públicos masivos o ferias en Municipios”, lo que desató el enojo del público que acudía a ver a un cantante justo de narcocorridos.
Ayer domingo en el estado de Querétaro, el alcalde de Ezequiel Montes anunció la cancelación del show que daría en esa ciudad el cantante “Komander”, otra de las figuras de la industria de la narcocultura musical. “En atención a las disposiciones estatales y con el firme propósito de no fomentar espectáculos que promueven la violencia, se ha tomado la decisión de cancelar la presentación del cantante Alfredo Ríos Meza, conocido como El Komander’, comunicó el gobierno municipal.
Y ahí salió de nuevo la presidenta Claudia Sheinbaum, con una posición sobre los disturbios en el palenque de Texcoco, que no se entiende claramente si es deslinde, explicación o posición oficial. En Aguascalientes, a donde llegaba a promover sus programas de vivienda, le preguntaron los reporteros a la doctora sobre los narcocorridos y su prohibición, a lo que respondió: “No están prohibidos, eso es importante porque no los prohibimos. Lo que tenemos que promover es que la música tenga otros contenidos y que todos nos vayamos promoviendo eso”.
Pero llama la atención la insistencia de la presidenta para aclarar que no fue su gobierno o ella los que prohibieron los corridos y apologías del narco: “Hay que revisar eso. En nuestro caso no prohibimos, es un proceso educativo, formativo, en donde todos tenemos que contribuir a que no haya apología de la violencia”. ¿Y entonces, la presidenta de la República esta a favor o en contra de que se difundan expresiones que hacen apología del narco y de la violencia que éste ejerce?
Sorprende y preocupa que la presidenta Sheinbaum, que primero condenó y rechazó de manera contundente lo ocurrido en el auditorio Telmex con la apología que se hizo de Nemesio Oseguera “El Mencho”, y pidió que se investigara el hecho y se rechazara desde las autoridades cualquier descuido o apoyo para autorizar espectáculos que promueven la violencia narca, ahora sea tan ambigua sobre los famosos “narcocorridos” que ya se vio en Zapopan y en Texcoco, mueven masas fanatizadas por su música y su promoción del mundo de las drogas y los “poderosos y valientes” capos del narcotráfico.
¿Qué fue lo que cambió para que la doctora primero rechazara y condenara la narcocultura y su apología de la violencia, y luego saliera a aclarar con tanta insistencia que ella “no prohibió” los narcocorridos y que estos no están prohibidos en México? ¿A alguien le molestó que se empiece a prohibir y a cancelar el millonario negocio de la industria musical controlada y financiada por los narcos y ese alguien tiene tanta influencia para hacer que la presidenta matice su rechazo a la narcocultura y los narcocorridos? Es pregunta.
NOTAS INDSICRETAS… Y hablando de la presidenta y de narcocultura, los elogios que la mandataria federal le dedicó el sábado al gobernador de Zacatecas, David Monreal, al comentar los resultados de la seguridad en el estado, parecen contradecir la animadversión que muchos declaran entre la doctora y la familia Monreal. Porque durante el inicio de la construcción de un hospital de especialidades del IMSS en el municipio de Guadalupe, la presidenta felicitó al gobernador Monreal “por su entrega al pueblo de Zacatecas” y se refirió al tema de la seguridad en la entidad que estuvo en los primeros lugares de violencia y que ahora es la que más reporta la baja de homicidios a nivel nacional en los últimos tres años. “No es una tarea sencilla, requiere estrategia, planeación, dedicación y hay que felicitar a David”, dijo la doctora. ¿Y entonces, quiere o no quiere a los Monreal?… Otro estado en el que las cifras oficiales de violencia, las del Sistema Nacional de Seguridad Pública, afirman que ha habido disminución de delitos al menos en la estadística es Guerrero. En la conferencia mañanera de la presidenta se dijo que el estado gobernado por la morenista, Evelyn Salgado, ha remontado indicadores de seguridad y logrado una disminución del 46% de homicidios en 6 meses. Según la titular del secretariado Ejecutivo del SNSP, Marcela Figueroa, en los conflictivos municipios guerrerenses como Acapulco, Chilpancingo, la tierra caliente y la Sierra, el pago de extorsiones se ha disminuido en 93.5%, bajaron los secuestros en 31.5% y se logró la detención de 97 personas generadoras de violencia. Sería interesante saber si los guerrerenses validan, en la realidad, su realidad cotidiana, esas cifras y resultados… Los dados mandan una Doble Escalera para esta Semana Santa. Descanso a los que lo tengan, fe y tradición a los que las mantengan y mucha diversión y relax a los que se van de vacaciones.