México ya tuvo su “Papa”: la vez que un grupo rompió con el Vaticano y creó su propia Iglesia

En 1925, un sacerdote oaxaqueño proclamó la independencia religiosa de Roma y fundó la Iglesia Católica Apostólica Mexicana, desatando uno de los episodios más insólitos en la historia religiosa del país.

En medio de la expectativa por el próximo cónclave tras la muerte del Papa Francisco, vuelve a resonar un capítulo poco conocido de la historia mexicana: el intento por fundar una iglesia nacional con su propio “papa”, encabezado por el sacerdote José Joaquín Pérez Budar en la década de 1920.

Según la investigación del historiador Mario Ramírez Rancaño, publicada por la UNAM, la ruptura ocurrió el 21 de febrero de 1925, cuando Pérez Budar y un pequeño grupo de seguidores tomaron por la fuerza el templo de La Soledad en la Ciudad de México para proclamar la creación de la Iglesia Católica Apostólica Mexicana (ICAM), independiente del Vaticano.

Pérez Budar, quien se autodenominó patriarca primado, promovía reformas radicales: fin del celibato, liturgia en español, gratuidad de los sacramentos y que los sacerdotes tuvieran un trabajo civil. Aunque nunca utilizó formalmente el título de “Papa”, su rol en la estructura eclesiástica equivalía al del pontífice romano.

El movimiento surgió en el contexto de la Ley Calles y la Guerra Cristera, con el respaldo indirecto de sectores del gobierno revolucionario, como diputados y senadores de la CROM, que veían en la ICAM una forma de afianzar la soberanía nacional y reducir la influencia extranjera.

Sin embargo, la reacción fue inmediata. Al día siguiente de su proclamación, feligreses agredieron físicamente a los sacerdotes de la ICAM durante su primera misa. La violencia se repitió en estados como Puebla, Tabasco, Veracruz y Oaxaca, donde intentaron establecerse.

El arzobispo de México, José Mora y del Río, condenó la iniciativa, y el Vaticano excomulgó a Pérez Budar y a sus colaboradores. Con el paso de los años, la organización fue perdiendo fuerza, especialmente tras la llegada de acuerdos entre el gobierno federal y la Iglesia católica.

José Joaquín Pérez Budar que

En 1930, Pérez Budar trasladó su sede a San Antonio, Texas, intentando mantener el movimiento entre la comunidad migrante. Fue consagrado como arzobispo por una iglesia independiente estadounidense, pero sin lograr consolidarse.

Enfermo y debilitado, Pérez Budar falleció en 1931, y según testimonios recogidos por sacerdotes jesuitas, habría pedido volver a la Iglesia católica y recibir los últimos sacramentos, aunque su retractación final es motivo de debate.

En su apogeo, la ICAM llegó a tener presencia en cerca de 70 templos, aunque solo controló efectivamente una docena. Su existencia formal terminó poco después de la muerte de su fundador, quedando como un episodio simbólico y excepcional en la historia religiosa de México.

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