México cierra la llave: se frena la importación terrestre de combustible desde Texas

Gobierno endurece vigilancia fiscal y paraliza envíos de gasolina y diésel por presunto contrabando

El cruce terrestre de combustibles entre Texas y México se encuentra prácticamente paralizado desde hace dos semanas, luego de que el gobierno mexicano intensificara las inspecciones a las cargas para combatir las importaciones ilegales de gasolina y diésel, según fuentes cercanas al sector energético.

Distribuidores afectados confirmaron que la demanda se desplomó de un día para otro, ante el endurecimiento de la vigilancia fiscal en la frontera. México es el principal destino del combustible estadounidense, con 1.15 millones de barriles diarios de productos petrolíferos importados en enero, de acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

La medida busca frenar el comercio ilegal de hidrocarburos, una de las prioridades del gobierno de Claudia Sheinbaum, quien ha prometido acabar con prácticas que generan pérdidas millonarias para Pemex. Tan solo en el tercer trimestre de 2024, la paraestatal reportó 263 millones de dólares en pérdidas por robo de combustible, más del doble respecto al año anterior.

Según Rajan Vig, director ejecutivo de Indimex Group, empresa comercializadora de energía, el cierre en la frontera es consecuencia directa del operativo contra importadores que no pagan o subdeclaran impuestos. Vig anticipó que la frontera no se reabrirá esta semana, debido a las festividades religiosas previas al Domingo de Pascua.

Aunque la mayoría de las importaciones mexicanas de combustible se realiza por barco, los bloqueos terrestres desde Texas han generado cuellos de botella y podrían derivar en mayores costos para transportistas y gasolineras en territorio nacional.

La autoridad fiscal mexicana suspendió recientemente el permiso de Valero Energy Corp. para importar combustible, luego de detectar el uso de documentación presuntamente falsa por parte de otros importadores ilegales, según una fuente con conocimiento del caso.

El mes pasado, el gobierno también incautó más de dos millones de galones de combustible presuntamente ilegal en Baja California, como parte de las operaciones encubiertas que han intensificado la presión sobre el sector.

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