Tronó la cuatroté con el Comité contra la Desaparición Forzada (CED) de la ONU. No admite que ese organismo haya sostenido que, en México, las desapariciones forzadas son “sistemáticas y generalizadas”.
Lo que más dolió a los machuchones del aparato oficialista es que el asunto, por su gravedad, puede escalar a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Y eso no cuadra con la imagen de ser “la democracia más avanzada del mundo” que pretenden proyectar.
La presidenta Sheinbaum se sintió ofendida. No lo ocultó. Su reacción es de rechazo y negación.
Anunció en la mañanera el envío de una nota diplomática de protesta a la ONU.
“En México —aseguró— no hay desaparición forzada desde el Estado. Hay un fenómeno de desaparición vinculada con la delincuencia organizada y estamos haciendo todo lo que esté en nuestras manos para combatirlo”.
Es cierto que no hay desaparición forzada desde el Estado, pero qué tal desde el crimen organizado.
También es cierto que AMLO no cumplió su promesa de priorizar la búsqueda de personas desaparecidas en toda su administración. Ni siquiera recibió a las madres buscadoras, pero sí a las madres de la Plaza de Mayo argentinas.
La administración del Peje terminó con el número más alto de desaparecidos (53,621) y con instituciones de búsqueda e investigación inoperantes, según Causa en Común.
En México, hay 125 mil desaparecidos, más de 5 mil 600 fosas clandestinas, una crisis forense que supera los 72 mil cuerpos sin identificar y un 99% de impunidad, según datos oficiales.
* Sheinbaum le ha dado un giro al importamadrismo de López Obrador con el tema de los desaparecidos.
Ya envió al Congreso una iniciativa de ley para combatir la desaparición forzada. Además, dio instrucciones a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, de recibir a los colectivos de buscadoras y buscadores para recoger su sentir.
Rosa Icela ya tuvo su primer encuentro con el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, cuyos miembros hicieron el espeluznante hallazgo del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. La titular de la Segob dio a conocer en la mañanera de ayer el sentir de los desaparecidos. Dijo:
“Se quejaron de la indolencia de algunos servidores públicos que atienden el tema de los desaparecidos. Dijeron que, en lugar de estar poniendo atención a su exposición, estaban viendo el celular o volteando hacia otros lados”.
Ya encarrerada, llamó la atención de los citados servidores públicos y advirtió que el que no tenga ganas de prestar un buen servicio a las víctimas “debería pensar en irse”.
* Sheinbaum marcó la línea a seguir por sus subalternos. Las declaraciones de los picudos de Morena y anexas se alinearon en contra del pronunciamiento del CED en Ginebra.
Ricardo Monreal, presidente de la Jucopo en San Lázaro, anunció que va a enviar “notas legislativas” a las Naciones Unidas.
Quiere dejar claro que no se puede actuar con tanta “irresponsabilidad y frivolidad” por parte de un organismo tan importante.
“Por acuerdo de la mayoría legislativa hemos expresado nuestro rechazo al comunicado del Comité de la ONU sobre desaciertos, inexactitudes y falsedades que en ese boletín se expresaron sobre desapariciones forzadas”, dijo en rueda de prensa.
“Le atribuyen al Estado mexicano responsabilidades que, obviamente, están muy alejadas de la realidad”, añadió el también coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro.
En el Senado, la mayoría oficialista de plano se la voló. Con 71 votos a favor y 28 en contra aprobó un pronunciamiento en el que solicita la destitución de Olivier de Frouville, presidente del multicitado comité de la ONU.
El senador Fernández Noroña se unió al coro. Dijo que el CED busca “descarrilar” al gobierno mexicano.
Ya tenemos nuevo villano favorito y no es mexicano.
* Claudia Sheinbaum paró en seco las ansias desbordadas de la senadora Andrea Chávez, quien ya se mueve para ser candidata de Morena al gobierno de Chihuahua ¡en 2027!
Con el apoyo de empresarios ligados a Adán Augusto López Hernández, jefe de la mayoría en el Senado, la joven legisladora, 28 años, lleva ambulancias con su imagen y nombre por todo el estado grande como si estuviera en campaña.
Sobre el tema, la Presidenta dijo:
“Voy a enviar una carta a la dirigencia de Morena, porque creo que tiene que haber reglas. No se debe adelantar nada… No es ninguna orden, es una sugerencia de una militante de Morena bajo licencia”, dijo la Presidenta.
“Hay que recordar la ética de nuestro movimiento”, sintetizó la mandataria.
¿Se habrá acordado de la ética de su movimiento cuando fue candidata presidencial? Es pregunta.