FLACO FAVOR le hizo Alejandro Gertz Manero al régimen morenista: quiso evitar que Teuchitlán se convirtiera en el Ayotzinapa de la 4T, pero terminó creando su propia “verdad histórica” al estilo del priista Jesús Murillo Karam.
EN SU AFÁN por lavarle la cara al gobierno federal, Gertz se ufana de que ahí no hubo crematorios, aunque sí reconoció que se entrenaba a sicarios. Esos mismos sicarios que cometerían después asesinatos y cremarían los cadáveres… en otro lado.
POR LO PRONTO, ya los colectivos de madres buscadoras rechazaron la verdad histórica de Gertz Manero. A ver hasta dónde se termina enredando.

AYER INICIÓ LA CAMPAÑA para las elecciones locales en Veracruz y ya hubo un primer candidato asesinado. Se trata de Germán Anuar Valencia, el candidato morenista a alcalde Coxquihui, un municipio que desde el gobierno de Cuitláhuac García ya tenía registros de violencia.
EL GRUPO local implicado en las acciones violentas en la región es conocido como “Los Pelones“, dedicado al huachicol, y que debe su apodo a que sus integrantes están rapados como seña de identidad con su líder y ex alcalde por Morena, Reveriano Pérez Vega, detenido en enero pasado por homicidio.
LO QUE NO ESTÁ claro es si hay un ajuste de cuentas entre morenistas, pelones y melenudos, aunque muchos ojos voltean a ver también a Jorge Carvallo Delfín, un ex colaborador de Javier Duarte, quien fuera gobernador de Veracruz, encarcelado por su escandalosa corrupción, y padrino político del ahora reo Reveriano.
MÁS VALE que no se rían, aunque quizás lo dijo de broma. Pero también a lo mejor lo dijo en serio. Con Donald Trump nunca se sabe, pero el hecho es que el mandatario norteamericano aseguró que le gustaría ser… ¡el nuevo Papa!
PENSÁNDOLO BIEN, la idea no es tan descabellada. Si Trump se convierte en el jefe del Estado Vaticano, ¿qué daño podría causar gobernando un territorio de 44 hectáreas, menos de medio kilómetro cuadrado? Aun y cuando impusiera aranceles a las bendiciones, no causaría los destrozos que está provocando en la economía mundial.
CLARO QUE, muy probablemente, convertiría la Santa Sede en un resort de lujo con letras doradas en la entrada; y la Capilla Sixtina sería uno de los restaurantes más fancy del mundo. Piénsenlo. Preferible tener a Trump cerca del Señor, a que él tenga al mundo con el Jesús en la boca.