La “Operación Diablos Rojos”, encabezada por el gobierno de Estados Unidos, ha propinado importantes golpes a La Nueva Familia Michoacana (LNFM), afectando su estructura financiera y operativa con la confiscación de aproximadamente 40 millones de pesos en efectivo, drogas, armas y empresas fachada dedicadas al lavado de dinero.
La estrategia, lanzada en julio de 2021, involucra a agencias como la DEA, HSI y otras autoridades locales. De acuerdo con el agente especial Steven Schrank, los líderes del cártel, Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias “El Pez” y “El Fresa”, son responsables del tráfico de heroína, cocaína, metanfetamina y fentanilo hacia Estados Unidos, así como de regresar las ganancias ilícitas a México.
Entre los resultados de la operación, se han asegurado 2.2 millones de dólares, 13.6 kilos de fentanilo, armas de fuego y miles de pastillas falsificadas con fentanilo y xilacina. Además, se desmanteló un laboratorio clandestino en Georgia donde fueron decomisadas 24 libras de fentanilo, 300 mil dólares, armas y se arrestó a 22 personas, entre ellas once sin documentos legales.
Uno de los detenidos fue Martín Guzmán Beltrán, presunto operador del cártel, quien tenía en su poder 72 kilos de metanfetamina, dos kilos de heroína, 256 gramos de fentanilo, cuatro armas y 61 mil dólares en efectivo.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra “El Pez” y “El Fresa” el pasado 15 de abril. Ambos fueron designados como Terroristas Globales Especialmente Designados, lo que implica el congelamiento de activos y la prohibición de realizar transacciones con entidades estadounidenses. La Interpol también emitió fichas rojas para su captura.
Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense ofrece recompensas de hasta 5 millones de dólares por “El Pez” y hasta 3 millones por “El Fresa”, quienes ya figuran en la lista de los Principales Objetivos del Narcotráfico (CPOT) y son buscados por la Fuerza de Tarea OCDETF.
Además, se han señalado como integrantes de la organización criminal a otros miembros de la familia Hurtado Olascoaga, como Ubaldo y Adita.
En México, la justicia ha identificado operaciones de LNFM en Guerrero, el Estado de México y municipios del sur del Edomex, como Tlatlaya y Arcelia.