No es la primera vez y por lo visto no será la última. En diversas ocasiones, desde hace casi un año, he señalado en este espacio que Arturo Zaldívar, expresidente de la Suprema Corte, representa un peso muerto para Claudia Sheinbaum. Zaldívar buscó agradar a López Obrador (y perseguir sus propios intereses) de forma ilegal. Ahora, al ser parte del equipo de la presidenta, su corazón no late por amor al ‘segundo piso’ del Movimiento. ¡Qué va! La razón detrás del “coordinador general de política y gobierno de la Presidencia de México” (así su título vacuo y rimbombante) es asegurar impunidad y medios de defensa para él.

Ya salió el ministro en retiro a defenderse de lo publicado por Carmen Aristegui, espetando su derecho de réplica. Niega los contratos, pero no rebate las pruebas y la documentación soporte que apuntan en su contra.

Y no es la primera vez que así actúa. Cuando se supo de una investigación iniciada contra él y parte de su equipo, en plena campaña electoral (abril de 2024), Zaldívar protestó: “¡revancha contra la 4t!” No era así, las acusaciones lo tenían como único destinatario. En esa ocasión tampoco dijo nunca que las denuncias fuesen falsas o que se defendería jurídicamente, que era lo que se esperaría de un letrado y exministro de la Suprema Corte.

En otras ocasiones que fue acusado de forzar a jueces de dictar sus sentencias, de una u otra manera, repeló, reclamó, pero nunca mostró una sola evidencia a su favor. De hecho, quien era su mano derecha es la persona que primero lo acusó.

Hoy sabemos que hay más de 300 denuncias contra él por querer obligar a jueces, ministros y magistrados a servir a sus sucios fines. ¿La justicia? Para Zaldívar, solo de nombre. Fascinado ha de estar que pronto todos esos expedientes ya no serán tomados en cuenta. ¡La nueva reforma al Poder Judicial la confeccionó él precisamente con ese propósito! Hoy, esta reforma cobra un nuevo sentido: taparle las espaldas y dejar fuera a muchos de los jueces que lo señalaron de querer influir en las sentencias y de aquellos que no se dejaron intimidar.

Zaldívar es señalado por haber participado en esquemas de extorsión y presión a jueces y ministros. Se sabe también que ha colocado a los suyos en candidaturas claves para la elección judicial. Una vez más, los filtros y el proceso de selección se muestran como lo que son: una farsa.

El poder que sigue acumulando Zaldívar, ahora a través de sus candidatos, debería cuando menos llamar la atención de los morenistas en el Legislativo y de la presidentA.

De hecho, ahora que está en el ojo del huracán el expresidente Zedillo y el Fobaproa, hay una buena razón —una más— para decirle adiós a Arturo Zaldívar. Sí, Claudia Sheinbaum debiera ahora separarse de este personaje y ¡qué mejor opción que la defensa que realizó el hoy exministro del Fobaproa! En 2006, como abogado litigante, Zaldívar defendió a los bancos ante la SCJN para evitar que se revisaran las ilegalidades que se suponía había sido cometidas al amparo del Fobaproa. Sí, al mismo tiempo que López Obrador iba políticamente en contra de este rescate.

Entonces, ¿la 4t también señalará al ministro en retiro por defender al Fobaproa o sus “pecados” ya le fueron perdonados?

Zaldívar fue, es y será siempre el ministro incómodo. El que quiso retratarse como “swiftie” y resultó un torvo bribón. ¡Desde cuándo le estorba Arturo Zaldívar a la presidenta, a la 4t y al país! Momento de que se vaya a su casa con su —esa sí— jugosa pensión.

Giro de la Perinola

1.- Cuando Ciro Gómez Leyva le preguntó a Zaldívar qué opinaba de los más de 1,700 jueces que se quedaron sin trabajo por el sorteo de la tómbola judicial, espetó: “era necesario, solo es una cuestión de fatalismo”.

2.- Por haber sido ministro, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea recibe de pensión 193 mil pesos mensuales. Una de las cantidades más elevadas de los últimos ministros retirados. Dado su idea de que “era necesario” que los 1,700 jueces se quedaran sin empleo, ¿diría lo mismo si le quitan su pensión? Sería necesario que la austeridad Zaldivesca no cobre pensión y sueldo.

3.- Ciro Gómez Leyva le dio las gracias a Zaldívar en diciembre del 2024 (también a otros de sus colaboradores). ¡Qué a tiempo se deshizo de él!

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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