Un grupo de hombres encapuchados y fuertemente armados apareció en un video negando que el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, fuera un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La grabación, que se viralizó rápidamente, ha generado un debate intenso entre expertos en seguridad.

Mientras algunos analistas aseguran que el mensaje sí proviene del CJNG, otros desconfían y sostienen que podría tratarse de una estrategia de otro grupo criminal o incluso de un montaje con fines políticos.

El escepticismo: lenguaje, producción y falta de símbolos

Para Bernardo León, especialista en seguridad, el video no resulta creíble. El lenguaje utilizado, con frases burocráticas como “en tiempo y forma”, no corresponde con el tono de los mensajes previos del CJNG. Además, señala la ausencia de su clásico cartel con el emblema del grupo, lo que ha sido una constante en otras grabaciones.

Carlos Pérez Ricart, académico especializado en crimen organizado, también duda de la autenticidad del video. El acento del portavoz, la lejanía de la cámara y el contenido del mensaje le parecen inusuales. En su opinión, el video tiene un nivel de cinismo absoluto, lo que lo hace difícil de tomar en serio.

Ambos expertos sugieren que detrás del mensaje podría haber otros actores con intereses en desviar la atención: desde gobiernos estatales o federales hasta grupos criminales rivales.

Los que creen en la autenticidad del mensaje

Otros analistas, en cambio, consideran que la grabación sí proviene del CJNG y que busca contener el daño a su imagen.

David Saucedo, experto en crimen organizado, sostiene que el video coincide con la narrativa de Nemesio Oseguera, líder del CJNG, y que las armas que portan los encapuchados son de los lotes conocidos del cártel.

Para Eduardo Guerrero, director de Lantia Consultores, la grabación es una producción bien ensayada y con un mensaje claro: deslindarse del campo de exterminio en Teuchitlán. Guerrero cree que el cártel quiere responsabilizar a una de sus células por el escándalo y tomar distancia para evitar represalias del gobierno o de su propia base social.

El impacto en la imagen del CJNG

Más allá de la autenticidad del video, los expertos coinciden en que el hallazgo del Rancho Izaguirre ha sido un duro golpe para el CJNG. Su estrategia ha consistido en mantener una base social con entrega de despensas, juguetes y otros apoyos en comunidades vulnerables.

El descubrimiento de lo que se ha descrito como un “campo de exterminio”, con cientos de prendas, zapatos y restos humanos, destruye esa imagen y genera rechazo incluso entre sus simpatizantes.

“El cártel puede no tener credibilidad, pero algunos jóvenes encuentran en sus filas un modo de vida”, explica Saucedo. En este contexto, el video busca reparar el daño reputacional y evitar que la narrativa de los “narco-benefactores” se vea afectada.

Madres buscadoras vs. CJNG: un mensaje intimidante

El video también lanza una advertencia directa a los colectivos de búsqueda que expusieron el caso de Teuchitlán. Guerrero advierte que el mensaje pone en grave peligro a las madres buscadoras, ya que el cártel las señala como enemigas por haber sacado a la luz la existencia del rancho.

Javier Garza, analista en temas de seguridad, se muestra cauteloso ante la grabación. Subraya que el mensaje del CJNG no tiene la misma legitimidad que el de las madres buscadoras. “Ellas dan la cara, sin anonimato, mientras que los narcos se ocultan tras pasamontañas”, señala.

¿Quién está detrás del video?

Si el video no proviene del CJNG, ¿quién tendría interés en grabarlo? Las hipótesis van desde una producción con inteligencia artificial, un montaje de otro grupo criminal, hasta una operación encubierta desde el gobierno para desviar la atención.

Lo único claro es que el Rancho Izaguirre ha golpeado la imagen del CJNG, y que el cártel—o alguien en su nombre—está intentando controlar el daño. Mientras tanto, la incertidumbre sobre la veracidad del video sigue dividiendo a los expertos y dejando en vilo a Jalisco.