Al concluir nuestra entrevista, Silvano Aureoles, todavía gobernador de Michoacán, texteó: “En la entrevista hice un llamado de alerta y alarma, porque no podemos dejar de lado lo sucedido en Michoacán, ni permitir que la ruta de un narcogobierno se concrete”. Miércoles 23 de junio de 2021. Aureoles nos dio uno de esos testimonios de época y entregó documentos, videos, fotos, audios que probarían la forma en que los grupos criminales trabajaron, intimidaron y reprimieron de la mano de Morena y el gobierno federal para ganar la gubernatura y muchos municipios. El presidente López Obrador le pidió pruebas al día siguiente, Aureoles fue a presentarlas a Palacio Nacional, puso una silla en la puerta de entrada, esperó, nunca le permitieron pasar. Nadie le hizo caso ahí ni en otra parte. Michoacán siguió batido por las organizaciones criminales y Aureoles se fue desvaneciendo hasta que el fin de semana conocimos que la FGR lo busca por un supuesto daño patrimonial de 3 mil 400 millones de pesos cuando fue gobernador. Los políticos a los que acusó hace cuatro años gozan de buena salud y se multiplican victoriosos. Él es ahora un prófugo. Lo dicho, en tiempos de la 4T no se persigue a los de casa.