La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró este martes que la imposición de aranceles del 25% por parte de Donald Trump a las importaciones mexicanas viola el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y adelantó que su gobierno ya evalúa una respuesta jurídica contra la medida.

A pesar de la crisis comercial que se avecina, la mandataria hizo un llamado a “no asustarse”, asegurando que México siempre ha salido adelante ante la adversidad y que este desafío requiere la unidad de todos los mexicanos.

En su conferencia matutina, Sheinbaum informó que ya está pactada una llamada con Trump el próximo jueves, la cual definirá si su gobierno mantiene su estrategia de represalias económicas. Sin embargo, insistió en que el plan de respuesta ya está diseñado y será anunciado el domingo en el Zócalo.

La presidenta también cuestionó la postura de Washington, destacando que, a pesar de las reuniones de coordinación entre ambos países, Estados Unidos decidió avanzar con los aranceles.

Sheinbaum reiteró su apuesta por el “Plan México”, una estrategia basada en el fortalecimiento del mercado interno y la sustitución de importaciones. Según la mandataria, el país ha incrementado sus exportaciones en un 8.9% anual en los últimos cuatro años, pero el crecimiento del PIB no ha reflejado ese avance, debido a que muchas de las empresas exportadoras son extranjeras y repatrian sus ganancias.

Afirmó que México ha firmado más tratados comerciales que cualquier otro país, lo que representa ventajas y desventajas, y se preguntó: “¿Qué no podemos producir todo eso aquí?”, insistiendo en que el país debe apostar por una mayor producción nacional para depender menos del comercio exterior.

Mientras tanto, el mercado espera la llamada entre ambos mandatarios, pero la realidad es que México tiene mucho más que perder en esta guerra comercial. Con una economía altamente dependiente de Estados Unidos, las represalias mexicanas tendrían un impacto menor en Washington, pero podrían acelerar una crisis interna.

Sheinbaum insiste en su estrategia política interna, pero la pregunta sigue en el aire: ¿será suficiente una marcha en el Zócalo para enfrentar un golpe económico de esta magnitud?