Tal parece que las mujeres que militan en la 4T y aquellas que también la aplauden ya se conformaron con palabras y no con hechos.

Se muestran felices de que, tras 200 años de que en México se gobierna bajo un sistema presidencialista, por primera vez haya llegado a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal una Presidente “con A”, y que los discursos se inicien con “mexicanos y mexicanas”, “señoras y señores”, “diputados y diputadas” y hasta con una aberración todavía mayor al llegar a decir “miembros y miembras”, pues hay quienes todavía son más ignorantes que los primeros.

Aparentemente también se conforman con la llamada política paritaria. Mitad de mujeres para conformar el gabinete. Mitad de mujeres para integrar las cámaras del Congreso. Y desde el próximo mes de septiembre, mitad de mujeres en el pleno de la Suprema Corte, en los tribunales y en los juzgados… una imposición que no debería tomar en cuenta el género, sino las capacidades.

Ojalá no fueran solamente la mitad. Ojalá las mujeres fueran la mayoría en esos espacios políticos, pues estoy cierto de que muchas son más capaces que muchos de los varones que han ocupado dichos cargos.

Pero, también con eso, con sólo la mitad, se conforman las mujeres, cuando, repito, podrían ser la mayoría.

Y sucede esto porque en la política, en todos los partidos políticos, campea la hipocresía feminista, pero esta simulación se ha hecho más visible en los dos gobiernos del régimen de Cuarta… Transformación.

Una cosa es lo que se dice y otra muy distinta la que se hace, porque la mayoría de las mujeres que actúan en la política, para empezar, se masculinizan. Gobiernan, legislan, juzgan como lo han hecho siempre los hombres, muchos de ellos muy pero muy machos.

Sheinbaum revictimizo a la agredida

Claudia Sheinbaum es un prototipo de esa masculinización. No tiene un sello propio, un sello de mujer, habla, actúa, ordena, incluso miente como lo hacía el hombre que la creó a imagen y semejanza: Andrés Manuel López Obrador. Hoy, en las mañaneras, no hay aroma de mujer.

Cuando AMLO ocupó Palacio Nacional y ella regenteaba la capital nacional, incluso, reprimió a sus congéneres en una de las marchas del 8M.

Y a propósito de esa fecha en la que mundialmente se conmemoran las luchas reivindicatorias de las mujeres, ella, ya como Presidente de la República, se encerró en Palacio Nacional con las mujeres que militan en su partido y tienen cargos en su gobierno para celebrar la fecha. Todas ellas, satisfechas. Muy satisfechas. Ellas ya habían llegado.

Afuera, más tarde, decenas, tal vez centenares de miles de mujeres que no han llegado todavía marchaban y se manifestaban en contra de la violencia que sufren en todas sus variantes, desde la verbal, la física, la sexual, la discriminatoria en los empleos, la vicaria y así, hasta llegar a las desapariciones y a los feminicidios.

Sheinbaum, la mujer, no se ha mostrado empática con las madres buscadoras de hijos desaparecidos.

Sheinbaum, la mujer, desoyó el clamor de justicia de la hermana de Cuauhtémoc Blanco, prototipo del macho, violento, parrandero, jugador.

Escudó el proceder del ahora diputado federal en motivaciones políticas.

Y Sheinbaum, la mujer, aprovechó la ocasión para arremeter en contra de un enemigo político, el ex fiscal de Morelos Uriel Carmona a quien incluso mandó a meter a la cárcel sin que hubiera motivo para ello por lo cual fue liberado tras un mes de prisión. Una mujer usando a otra mujer victimada, en beneficio político propio.

Y no, Cuauhtémoc Blanco no está solo

Lo peor de la hipocresía feminista de las mujeres y los hombres de Morena y de la 4T se vio el martes en la sesión de la Cámara de Diputados. Una jugarreta política en la que, tanto las legisladoras como los legisladores, acuerparon, vitorearon, a un presunto asaltante sexual.

No es el primer caso. Ya antes intentaron limpiar de los presuntos delitos de violencia sexual al guerrerense Félix Salgado Macedonio y lo premiaron, incluso, dándole la gubernatura de Guerrero a su hija.

Pero escuchar a las mujeres legisladoras corear un “¡no estás solo! ¡no estás solo! al exfutbolista Blanco fue el colmo de todos los colmos.

¿No está solo, para qué?

¿Para qué ellas lo acompañen a la fiscalía –a la que ya acudió– con fuero?

¿Para no dejarlo solo cuando, ebrio, intente violentar a otra mujer?

Efectivamente, Blanco no está solo.

Lo acompañan López Obrador, la Presidente formal, la Secretaría de la Mujer, la dirigencia de Morena, el liderazgo de la mayoría en la Cámara Baja, y la pléyade de diputadas que lo acuerparon para que por primera vez subiera a la tribuna para sacar su cachaza y su cobardía a relucir.

Muchos ingenuos aún creen que el feminismo de la 4T está inscrito en la lucha para reivindicar a la mujer.

Sin embargo, las evidencias nos muestran que eso sólo es un discurso, ya que, en la práctica, aún los grupos de mujeres acaban sometiéndose a las órdenes de un jefe, y este jefe no es otro que AMLO, quien ha protegido y premiado a Blanco ante acusaciones graves de malversación de dinero público, fraudes, muy posibles ligas con narcotraficantes y, ahora también, de agresor sexual.

Si la Cuarta Transformación es cáncer, el feminismo hipócrita de las morenistas, sometidas al habitante de Casa “La Chingada” es metástasis.

Indicios

Agresor sexual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también maneja un discurso que está muy lejano de los hechos que ha protagonizado. De acuerdo con un cable de la agencia española de noticias EFE, fue cuestionado este reciente viernes sobre su definición de mujer con motivo del Mes de la Historia de la Mujer, que se celebra en marzo. Contestó: “Es fácil de responder porque una mujer es alguien que puede tener un bebé en determinadas circunstancias. Una mujer es una persona mucho más inteligente que un hombre, siempre lo he sabido”, dijo Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca. El mandatario siguió diciendo que una mujer es alguien que “no le da a un hombre ni una oportunidad de éxito” y que, en mucho casos, ha sido “muy mal tratada”. Sin comentarios. * * * Por hoy es todo. Agradezco a usted la lectura de este espacio y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

(*) Este texto fue originalmente escrito para el podcast de Latitud Megalópolis “Feminismo hipócrita de la 4T” que desde este fin de semana se puede escuchar en Spotify.

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Francisco Rodriguez

Columnista político desde 1977. Apunta con el Índice. Denuncia. Propone. Ha colaborado en El Heraldo de México. Ovaciones, del cual fue director. El Sol de México. El Universal. Revista Impacto. Revista Siempre! Conductor en Radio ABC. Conductor en TV Azteca.

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