CORRÍAN LOS PRIMEROS meses de 2019 cuando Andrés Manuel López Obrador dio una instrucción muy clara a su flamante director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza.
La consigna fue detener la tendencia de declinación y aumentar la producción de petróleo, que en ese entonces era de 1.6 millones de barriles diarios.
En seis años, el agrónomo Romero y su equipo implementaron una agresiva estrategia para lograr este objetivo, lo que le permitió a Pemex alcanzar más de 1.8 millones de barriles por día al final del sexenio.
La apuesta fue ir por los campos de aguas someras y terrestres mediante una combinación de esfuerzos propios de la paraestatal y de contratos con empresas privadas.
A éstas se les exigieron altos niveles de rendimiento y productividad en la perforación y extracción de crudo.
Esa estrategia tuvo un doble efecto en la petrolera que ahora dirige Víctor Rodríguez Padilla.
Por un lado, tener una producción incremental temprana y, al mismo tiempo, que el gobierno federal pudiera recibir los beneficios fiscales de la comercialización del hidrocarburo.
Los tiempos de descubrimiento a desarrollo pasaron de 60 meses a 12 meses, mientras que los campos trabajados pasaron de 8 a 54 comparativamente entre los gobiernos de Enrique Peña Nieto y de Andrés Manuel López Obrador.
También se perforaron más pozos con alta profundidad y mayor complejidad, como Tupilco, Quesqui e Ixachi, trabajos a los que le denominaron modelo de excelencia operativa.
Pero seis años después, el Pemex del segundo piso de la 4T hizo un borrón y cuenta nueva de ese plan.
Y es que el equipo de exploración y producción, a cargo ahora de Néstor Martínez, ha estado más ocupado en marcar distancia con sus antecesores y en indagar presuntos favoritismos con proveedores.
Sin embargo, el tiempo los alcanzó, como también la paciencia se le agotó a la secretaria de Energía.
Sin decir agua va, Luz Elena González les sentó hace unos días a Víctor y a Néstor ni más ni menos que al propio Romero Oropeza y a Miguel Ángel Lozada, el ex director de Pemex Exploración y Producción.
La razón fue para que los anteriores le explicaran a los actuales cómo le hicieron para llevar la producción hasta los 1.8 millones de barriles, porque en cuatro meses no se han visto resultados operativos.
No es posible ocultar más la falta de actividad en Villahermosa, Paraíso y Ciudad del Carmen, donde son mínimos los trabajos que se están realizando.
Empresas nacionales e internacionales han despedido personal y otras están por reubicar plataformas marinas a otros lugares del mundo, como Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump va relanzar la industria.
Esta situación no se corregirá exclusivamente con el pago de los adeudos millonarios que tiene Pemex con sus contratistas: se requiere de una estrategia concreta para sostener la producción en los siguientes años.
La gran duda es si los nuevos funcionarios están dispuestos a corregir y dar marcha atrás a lo que parece haber sido una directiva equivocada.
HABLANDO DE PEMEX, le reporté la semana pasada de los pagos a proveedores que se están realizando a través de factorajes. La Secretaría de Hacienda está empujándolos con la banca comercial.
La semana pasada, BBVA, de Eduardo Osuna; Santander, de Felipe García Ascencio, y Banorte, de Carlos Hank González, realizaron varias operaciones y esta semana se sumará el HSBC, de Jorge Arce.
Estamos a 20 días de que termine marzo, plazo que mencionó la Presidenta Claudia Sheinbaum para que la petrolera dirigida por Víctor Rodríguez Padilla termine de liquidar las deudas.
El problema es que éstas se siguen acumulando por obras que no se han facturado. Ayer la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac), que preside Rafael Espino, informó que al 31 de diciembre de 2024 la deuda por facturas no liquidadas con 47 empresas de ese gremio suma unos 43 mil 300 millones de pesos.
Adicionalmente, a esas compañías se les deben 58 mil 700 millones más de trabajos terminados y entregados no registrados en el sistema de Codificación de Pagos y Descuentos, mejor conocidos como Copades, de Pemex.
A PROPÓSITO DE deudas, también le referí la semana pasada que el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, se estaba enfrentando a otro problema, más allá del desabasto y el otro plazo que también vence el último día de este mes para que lleguen las medicinas a los hospitales del sector salud.
Hablábamos de la rebeldía de los laboratorios a los que dejó colgados Juan Ferrer, el director del desaparecido Insabi.
Si no les cubrían los adeudos no surtirían las claves que les acaba de asignar Birmex, poniendo en riesgo la promesa no solo de Clark, sino de la misma Presidenta Claudia Sheinbaum.
Pues bien, se dio la instrucción ya al IMSS, que lleva Zoé Robledo, para que de sus fondos salgan los recursos para pagar las deudas que ahora heredó el IMSS-Bienestar, a cargo de Alejandro Svarch. Estamos hablando de unos 12 mil millones de pesos.
CONFORME PASAN LOS días se va confirmando lo que le comenté: que varias de las principales automotrices extrarregionales van a perder el beneficio de la cláusula de Nación más Favorecida del T-MEC. Agregue que tampoco cumplirían con la regla de origen, con lo que quedan más expuestas a los aranceles de 25% que pretende aplicar Donald Trump.
A las alemanas BMW, que comanda Diego Camargo, y Mercedes-Benz, que capitanea Stefan Albrecht, sume a las japonesas Mazda, que dirige Miguel Barbeyto, y Honda, al mando de Yuichi Murata. BMW produce en San Luis Potosí el Serie 3, Serie 2 y M2. Mercedes-Benz en Aguascalientes la serie GLB. Mazda en Salamanca el Mazda 2, Mazda 3, CX-3 y CX-30. Y Honda en Celaya el HR-V.
NO GUSTÓ NADA que la gobernadora del Banco de México (Banxico), Victoria Rodríguez, asistiera al evento del domingo en la plancha del Zócalo. Y es que se trató de un festival organizado por Morena y la Presidencia de la República en el que el instituto central no tiene nada que ver porque es un organismo autónomo.
Peor aún que la imagen que quedó registrada de Rodríguez Ceja fue al lado de personajes como Manuel Velasco, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Alejandro Esquer, Luisa María Alcalde y Andy López Beltrán. De por sí la tan defendida autonomía, baluarte del llamado banco de bancos, quedó medio abollada con el paso de Edgar Amador del Banxico a Hacienda. Era asesor de Victoria.