Elena Garro, entre la literatura, el espionaje y el caso Kennedy

Documentos desclasificados revelan que la escritora mexicana fue vigilada por la DFS y la CIA tras vincular a Oswald con una fiesta en la Embajada de Cuba

Elena Garro, reconocida dramaturga y escritora mexicana, aparece mencionada en los archivos recientemente desclasificados del caso del asesinato de John F. Kennedy, según reveló una investigación publicada por El Universal. Los documentos, liberados por orden del expresidente Donald Trump, muestran que Garro fue vigilada, presionada y desacreditada durante años por sus vínculos con personajes clave y sus declaraciones en torno al asesino del mandatario estadounidense.

Según los reportes, Garro señaló que Lee Harvey Oswald, autor del magnicidio de Kennedy, asistió a una reunión en casa de su prima, Silvia Tirado de Durán, quien trabajaba como secretaria en la Embajada de Cuba en México. La dramaturga afirmó que Oswald estuvo en dicha fiesta —realizada en 1963— junto a diplomáticos, intelectuales y políticos mexicanos. Tras el crimen del presidente, Garro notificó estos hechos a Manuel Calvillo, presunto agente de la CIA, quien le aconsejó resguardarse de los comunistas y huir de la Ciudad de México.

Esta versión le generó severas críticas en México. Fue tildada de “loca” y “mentirosa”, al tiempo que la Dirección Federal de Seguridad (DFS) ordenó intervenir su teléfono y vigilar sus movimientos. En los años posteriores, Garro y su hija, Helena Paz, vivieron cambiando de domicilio, bajo el acoso de agencias de inteligencia mexicanas y extranjeras.

A pesar de su declarado anticomunismo, la DFS la clasificó en 1969 como “simpatizante del Partido Comunista Mexicano”, según archivos del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). Esto, en contradicción con su abierta crítica a los regímenes comunistas, aunque también mantuvo cercanía con movimientos guerrilleros y figuras opositoras, como Víctor Rico Galán, a quien la CIA buscaba contactar a través de ella.

El periodista Rafael Cabrera, autor de Debo olvidar que existí. Retrato inédito de Elena Garro, confirma que lo dicho por la escritora sobre Oswald fue verídico y que su participación en ese episodio fue minimizada deliberadamente. Los archivos también revelan que la CIA pretendía entregarle una carta para Rico Galán, aunque no hay constancia oficial de si Garro recibió o entregó la misiva.

A pesar de las acusaciones y el espionaje que la rodeó, Elena Garro nunca fue formalmente acusada, pero su figura quedó marcada por la sospecha. Nunca volvió a hablar públicamente del caso Kennedy y las agencias estadounidenses la buscaron sin éxito durante años.

La historia de Elena Garro continúa siendo objeto de debate y relectura. A más de medio siglo de los hechos, los documentos oficiales reconocen como ciertas muchas de sus afirmaciones, confirmando que, lejos de ser una fabuladora, fue una testigo clave ignorada por prejuicios y tensiones políticas de la época.

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