EL GOBIERNO DE Estados Unidos dio el primer golpe contra el lavado de dinero del narcotráfico a las remesas enviadas a México.

Se fiscalizarán todos los envíos al país de 200 hasta 10 mil dólares que pasan por los intermediarios financieros privados, pero también por la Financiera para el Bienestar (Finaben) y el Banco del Bienestar.

El Departamento de Estado de Marco Rubio y del Tesoro de Scott Bessent, por instrucciones del Presidente Donald Trump, unieron fuerzas para combatir el lavado de dinero del narcotráfico.

Por ello, desde el 11 de marzo, las empresas de servicios monetarios ubicadas en 30 códigos postales en California y Texas, que gobiernan Gavin Newsom y Greg Abbott, respectivamente, con cercanía a la frontera con México, deben presentar Informes de transacciones de divisas a la Red de Control de Delitos Financieros (FinCen) de EU.

La medida aplicó a compañías como Western Union, que preside Devin McGranahan; MoneyGram, al mando de Anthony Soohoo, y Wise Bank, de Kristo Käärmann, entre otras, las que más remesas envían a México.

Bessent dijo que esas órdenes de restricción “destacan nuestra profunda preocupación por el riesgo que representan para el sistema financiero estadounidense los cárteles a lo largo de la frontera suroeste”.

En este espacio hemos dado a conocer que existe una estrategia en tres frentes: frenar la migración ilegal, combatir y entregar a los capos de la droga y desarticular el blanqueo de dinero del narcotráfico.

Este último objetivo pretende cerrar los caminos del lavado de dinero de los cárteles de la droga mexicanos, y uno de los canales es el envío de las remesas de los migrantes por 65 mil millones de dólares al año.

Los paisanos emplean esos transmisores de dinero, Western Union, MoneyGram o Wise, principalmente, que a su vez ocupan a la mencionada Finaben, que dirige Rocío Mejía, o a Bancoppel de Agustín Coppel, entre otros bancos, como dispensadores de recursos.

Un estudio del think tank Signos Vitales estima que unos 4 mil 400 millones de dólares, 7.6% de los más de 58 mil millones que los mexicanos recibieron de remesas en 2022, están relacionados con el narcotráfico.

El Departamento de Estado y otras dependencias del gobierno de Trump buscan con estas medidas regulatorias en materia financiera combatir el envío de dinero. Pero también cazar a los agentes bancarios y no bancarios considerados delincuentes de cuello blanco.

Otro rubro relacionado es la compra venta de inmuebles en EU, consideradas también focos rojos por el llamado FinCen, que comanda Andrea Gacki, encargada de combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.

QUIEN NO TIENE llenadera y tras monopolizar la venta de alimentos a diversos organismos gubernamentales, y de beneficiarse, ahora, de la compra y distribución de medicamentos en Birmex, es el famoso Jack Landsmanas. Y es que el dueño del Grupo Kosmos regresa con todo al sector petrolero, aprovechando sus relaciones con el nuevo director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, y la entrada que le da el segundo piso de la 4T.

Decimos que “regresa” porque el petróleo no es precisamente ajeno a la familia Landsmanas. Fueron socios de Gonzalo Gil White en Oro Negro, la empresa que recibió en el gobierno de Felipe Calderón contratos para cinco plataformas jack-ups. Fue su primo, Juan José Suárez Coppel, entonces director de Pemex y sobrino de Francisco Gil Díaz, quien les pagaba hasta 170 mil dólares diarios por el arrendamiento de cada estructura.

Ambos, Gil y Landsmanas, habrían recibido unos 29 mil millones de pesos en contratos públicos entre 2002 y 2019 y se asociaron también en una empresa offshore llamada Opes Acquisition que tenía en la panza unos 120 millones de dólares. Pero todo eso es una historia no aclarada. Once años después, Grupo Kosmos regresa a hacer negocios con Pemex Exploración y Producción.

Al suministro de alimentos en plataformas ahora están buscando nuevos contratos en perforación y deshidratación. En el primer caso, para ayudar a que la filial a cargo de Néstor Martínez incremente su capacidad de producción de crudo y en el segundo a reducir el nivel de agua en el petróleo extraído. Como se ve, negocios que nada tienen que ver con los alimentos y las medicinas. Tan sólo en este último caso Birmex, vía la directora de Administración y Finanzas, Emma Luz López, acaba de asignar a Landsmanas un contrato de mil millones de pesos para surtir casi 55 millones de tabletas de Omeprazol para el IMSS, de Zoé Robledo; IMSS-Bienestar, de Alejandro Svarch, y el ISSSTE de Martí Batres.

LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ mexicana se encuentra en un punto donde la innovación y la integración de tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en elemento clave para la competitividad a nivel global. Prueba de ello es la firma Creai, cuyo CEO, Franco Palacios, sabe bien que el futuro de la movilidad depende de la incorporación de la IA para optimizar el diseño, la eficiencia energética y la seguridad de los vehículos.

En este sentido, el reciente lanzamiento del proyecto Olinia, armadora mexicana de mini vehículos eléctricos a cargo de Roberto Capuano, pone sobre la mesa la necesidad urgente de incorporar estas tecnologías en sus procesos productivos para asegurar su éxito.

Y es que, con fuertes inversiones de gigantes como General Motors, de Mary Barra, y BMW, de Oliver Zipse, que han redirigido recursos hacia la producción de autos eléctricos, México se está posicionando como un hub estratégico para la fabricación de vehículos verdes.

Sin embargo, el punto será cómo empresas emergentes como Olinia logran integrar la IA en su cadena de valor sin los recursos de las grandes automotrices. El reto está en la capacidad del país para formar talento local, como lo hace el programa Creai Coders, que prepara a las nuevas generaciones para este desafío.

Darío Celis

Darío Celis es periodista especializado en finanzas y negocios, columnista en El Heraldo de México y conductor en Imagen TV y Heraldo Radio. Conduce Tiempo de Negocios y colabora en ADN40, ofreciendo análisis clave sobre economía y empresas.

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