DEA infiltra a Los Chapitos: revelan traiciones y guerra interna en el Cártel de Sinaloa

Un sicario revela en serie documental que capos colaboran con EU; Iván Guzmán es señalado como psicópata y Ovidio, el eslabón más débil

La segunda entrega de la serie Culiacanazo: Herederos del Narco, disponible en la plataforma Max, destapó nuevas revelaciones sobre la fractura interna del Cártel de Sinaloa y los vínculos de algunos de sus miembros con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). En el episodio, un presunto sicario activo en la organización detalla la estructura operativa de Los Chapitos y asegura que la DEA tiene infiltrados entre sus filas.

“Estados Unidos sabe todos los pasos de Los Chapitos porque están infiltrados al 100 por ciento”, afirma el testigo, quien solicitó distorsión de voz y anonimato por seguridad. De acuerdo con su relato, las capturas clave en el cártel han sido posibles gracias a delaciones internas de capos que operan como informantes encubiertos.

El exagente de la DEA, Mike Virgil, respaldó estas versiones en el documental, explicando que la agencia se infiltra en organizaciones criminales identificando eslabones débiles y ofreciéndoles beneficios económicos o protección a cambio de información. “Hay quienes colaboran por dinero, por venganza o porque fueron marginados dentro del cártel”, explicó.

El sicario describe a Iván Archivaldo Guzmán Salazar como “un psicópata” obsesionado con ser leyenda, mientras que Alfredo Guzmán Salazar es “el más estratégico” y coordinador de operaciones internas. De Joaquín Guzmán López señala su perfil bajo y preferencia por moverse sin escoltas. En cuanto a Ovidio Guzmán, afirma que era el más manipulable de los hermanos y el más sobreprotegido por su familia.

“Los errores de Ovidio fueron los que delataron a Los Chapitos con el tráfico de fentanilo”, sostiene Mike Virgil. El exagente señala que desde 2015 la DEA lo consideraba el “Rey del fentanilo”, encargado de la producción, obtención de precursores químicos y traslado a Estados Unidos. Por ello fue blanco prioritario, aun cuando su rol dentro del cártel era subordinado a Iván Archivaldo.

El periodista Luis Chaparro, quien también participa en la serie, asegura que la DEA ya operaba en Culiacán antes de la fallida captura de Ovidio en 2019 y que la detención del capo en 2024 fue producto de una filtración desde dentro del cártel. “A Ovidio lo veían como el eslabón más débil, pero solo obedecía órdenes”, afirmó.

Otro de los elementos centrales del episodio es el deterioro de la relación entre Los Chapitos e Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa. Según el testimonio del sicario, tras la captura de El Chapo, Los Chapitos comenzaron a hostigar a los hombres de confianza de El Mayo, quien buscó mantener la unidad, pero terminó siendo traicionado.

Uno de los episodios que evidenció esa protección fue en 2016, cuando Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán fueron secuestrados por el CJNG en Jalisco. El Mayo, según testimonios, intervino directamente para negociar su liberación, presuntamente pagando el rescate con recursos propios.

No obstante, la alianza se quebró en 2024, cuando El Mayo fue detenido en El Paso, Texas, en una acción que —según las fuentes del documental— fue producto de información filtrada por Los Chapitos a cambio de favores ante las autoridades estadounidenses.

El programa también expone cómo la DEA logró posicionar colaboradores entre los círculos más cercanos del grupo de los hijos de El Chapo, lo que explicaría las recientes capturas y debilidad operativa del grupo en ciertas zonas clave.

Las declaraciones difundidas en el documental coinciden con el contexto actual del Cártel de Sinaloa, marcado por una guerra interna entre la facción de Los Chapitos y La Mayiza, encabezada por Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco. Este último, según reportes recientes, negocia entregarse a la DEA como testigo protegido, lo que podría representar un golpe definitivo para la organización.

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