Un mes a la vez. ¡Eso rimó! Es como los alcohólicos anónimos; se encara, un día a la vez. Así que aquí vamos de nuevo. El tiempo que Trump quiera y como él quiera, nos traerá con el ¡Trump! en la boca, pidiendo, deseando y suplicando que no nos aplique los malhadados aranceles.

Ya nos tomó la medida. No era difícil adivinar lo que significan los aranceles para nuestro país. Las afectaciones pueden ser brutales y de ahí el poder de negociación (imposición en realidad) que él tiene sobre nosotros.

De hecho, algunos opinan que Trump puede usar la amenaza de los aranceles así como “Pedro y el lobo”, y que una vez que los eche a andar, el mandatario estadounidense perdería todas sus cartas para negociar.

Pero nada más lejos de la realidad. El juego de Trump no se acaba si nos impone aranceles (sea esto el 2 de abril o desde el martes 4 de marzo), tan solo empezaría. Un juego donde llegamos muy debilitados y en el que Trump tendría otras cartas luego de imponer aranceles. Van algunas:

a) Hacer que empresarios estadounidenses saquen de México sus empresas, inversiones, negocios y gente. Una fuga de capitales de muchas dimensiones.

b) Restringir en mayor medida o llegar a impedir visas para ir a los Estados Unidos. Algunos dirán que serían los primeros en darse un balazo en el pie. Como todo, depende a quiénes se las restrinja/retire o cuánto cobre por ellas. Si por su “gold card” cobrará 5 millones de dólares, se puede esperar un incremento en el costo de las visas.

c) Restringir más o de plano impedir todo migrante mexicano internarse a Estados Unidos. Que eso también implicaría un costo para Estados Unidos es definitivo; que le importe a Trump no es tan claro.

d) Frenar en seco el flujo de drogas. Hasta ahora los mismos gringos dejan en parte abierta la válvula debido a que cortar el suministro en su totalidad les generaría una crisis de salubridad (abstinencia de todos los adictos en USA), pero frenarlo de tajo generaría algo peor en nuestro país. Una inundación absoluta de drogas entre la población mexicana por parte de narcos tratando de recuperar la venta / inversión que no podrán hacer en Estados Unidos.

Dado lo anterior y otras variables que no he mencionado, sería interesante saber qué factores y elementos pesaron más en la determinación que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum al dar instrucciones de conceder lo que su gabinete de Seguridad acordó recientemente en Estados Unidos. Independientemente de su escaso margen de negociación, quizá ella pueda capitalizar a su favor el resultado y la actitud que por lo visto ha decidido adoptar Donald Trump. Me refiero a las siguientes dos cosas:

(1) Primero, recibir mayor cooperación por parte de los EEUU y más flexibilidad de ese gobierno.

(2) Segundo, que Sheinbaum por fin aproveche el asunto para distanciarse de no pocos impresentables; narcos y/o morenistas que ciertamente no la han dejado gobernar a plenitud. Si la mandataria aprovecha que Trump no cejará de presionar a México en frenar tanto la migración como el fentanilo (ambos fenómenos son indivisibles), estaríamos ante un buen punto de quiebre que le permita librarse de bastantes lastres de su propio Movimiento político.

De alguna manera ya lo ha ensayado… Como cuando Trump reclamó que el acero chino se vende como si fuese “Hecho en México”, a lo que ella respondió con su nada mala propuesta de incluir a China en el acuerdo norteamericano de combate al tráfico de fentanilo. Dado que Trump señala —con razón— que mucho acero chino se “mexicaniza”, meter a China en las negociaciones de este producto y de otros hará que Trump lidie de manera directa con el gran dragón.

Para quienes conocemos bien a los estadounidenses recomendamos dar por sentado que las amenazas y señalamientos de Trump no cesarán. De hecho, irán en aumento en frecuencia y calibre. Y esas amenazas comienzan a erosionar la confianza de las personas (ya asustan a todos los integrantes de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga) y de muchos industriales y empresarios que saben que Trump podría arrasar con todo.

Que la presidenta Sheinbaum tome nota a lo ocurrido ayer en la Casa Blanca con Volodímir Zelensky. Si el gobierno de Estados Unidos señala que el la lucha de México contra el fentanilo no impresionó a Trump, de este lado se tiene que apostar a reuniones más frecuentes con Estados Unidos y a la entrega de más y peores criminales.

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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