Adán Augusto López Hernández, titular de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, ya opera abiertamente en favor de Yasmín Esquivel para la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, según fuentes cercanas a su equipo. El exsecretario de Gobernación habría acordado esta maniobra con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, buscando alinear a gobernadores morenistas en apoyo a la ministra, quien continúa bajo señalamientos por presunto plagio.
En los equipos de Lenia Batres y Loretta Ortiz, también aspirantes a la presidencia del máximo tribunal, se percibe una fuerte intervención de Adán Augusto, no solo mediante gestiones políticas, sino también con recursos económicos canalizados a campañas en redes sociales, movilizaciones y la posible colocación de espectaculares, que podrían aparecer en los próximos días.
Además, detrás de esta operación se perfila un acuerdo entre Adán Augusto y la actual presidenta de la Corte, Norma Piña, para influir en el control del órgano de administración del Poder Judicial, instancia clave por ser la que maneja el presupuesto. Este entendimiento habría generado malestar en Palacio Nacional y acentuado la distancia con Arturo Zaldívar, quien, tras concluir la elección judicial, buscaría ser embajador en Estados Unidos o iniciar una campaña rumbo a Querétaro.
En el entorno de Yasmín Esquivel se sostiene que el caso del plagio que la persigue está vinculado con la vocalía de Norma Piña, lo que ha agudizado la división interna entre ambas ministras. La disputa ocurre cuando la Corte aún tiene más de 20 sesiones pendientes con asuntos delicados, varios de ellos con implicaciones para despachos jurídicos relacionados con el círculo cercano del exgobernador de Tabasco.
Adán Augusto también buscaría operar con los delegados del Bienestar en las entidades, aunque estos se encuentran bajo el control de Ariadna Montiel, actual titular de la Secretaría del Bienestar, que tiene su propio proyecto político en Chihuahua, en competencia con la senadora Andrea Chávez.
El senador pretende impulsar a Chávez como próxima presidenta de la Mesa Directiva del Senado, consolidando así su influencia rumbo al último tramo del sexenio y en la conformación del nuevo equilibrio en el Poder Judicial.