Después de que Rocío Nahle acusó a Miguel Ángel Yunes Linares y a su hijo, el senador Miguel Ángel Yunes Linares, de haber operado en su contra una campaña sucia en 2024 para descarrilarla de la contienda por la gubernatura de Veracruz, ahora, por decisión suprema, tanto Nahle como Yunes Márquez son compañeros de partido. Todo esto ocurrió a pesar de que la gobernadora de Veracruz pidió a su partido que no incorpore a Yunes Márquez porque está bajo investigación por lavado de dinero. Y como prueba afirmó que existe la llamada “Carpeta Azul”, una investigación federal de la Fiscalía General de la República en la que además se indaga el origen de unas trescientas propiedades de origen dudoso. Yunes Márquez ganó impunidad tras emitir el voto 86 a favor de la Reforma Judicial. A partir de ese momento dejó de ser perseguido por la justicia y, según datos consultados, todos los expedientes en su contra, entre ellos el 151/2021 por fraude procesal y falsificación de documentos, fueron aparentemente archivados luego de las oscuras negociaciones para que el vástago de Yunes Linares le otorgara, con su voto, mayoría calificada a MORENA en el Senado de la República. Dichas operaciones se le atribuyen a Adán Augusto López, coordinador de los senadores de MORENA, un personaje que, además, es señalado como operador directo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y que fue acusado por el gobernador de Tabasco, Javier May, de tener presuntas ligas con el crimen organizado.
Después de que Miguel Ángel Yunes Márquez –hijo del exgobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares –votara a favor de la Reforma Judicial impulsada por MORENA se dio como un hecho que el vástago del exmandatario veracruzano sería militante del partido en el poder para perfilar su carrera política hacia la gubernatura de su estado natal.
El objetivo de Yunes Linares ha sido y sigue siendo que su hijo sea gobernador. Y ahí la lleva. Por lo pronto, mediante negociaciones oscuras, intercambio de favores, alianzas turbias –propias de las artes más sucias de la política –Miguel Ángel Yunes Linares ha sido abriéndole el camino a su hijo para que en 2030 sea el próximo gobernador de Veracruz.
La tarea no ha sido fácil, pues Los Yunes han sorteado de todo: acusaciones por presuntas actividades de lavado de dinero, negocios a la sombra del poder y un patrimonio dudoso que involucra unas trescientas propiedades –entre casas, ranchos y empresas dentro y fuera de México –cuyo origen se desconoce.
Por ello, la extinta Procuraduría General de la República los comenzó a investigar e integró la llamada “Carpeta Azul”, un voluminoso expediente que implicaría a Miguel Ángel Yunes Linares y a sus hijos en operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Los acercamientos entre Yunes Linares y Yunes Márquez al partido MORENA se aceleraron a mediados del año pasado, cuando el segundo tuvo que enfrentar acusaciones y un juicio por fraude procesal y falsificación de documentos (causa penal 151/2021). Con esas artimañas, el hijo de Yunes Linares pretendió acreditar la residencia en el puerto de Veracruz a fin de competir por la presidencia municipal. Sin embargo, fue descubierto en un cúmulo de falsedades y tuvo que ceder la candidatura a su entonces esposa, Patricia Lobeira, actual alcaldesa del puerto.
Refugiado en Miami, fue citado a comparecer ante el juez de la causa, pero se declaró enfermo en varias ocasiones. Después de tantas dilaciones, finalmente el juzgador lo condicionó para comparecer vía virtual y que respondiera a los señalamientos en su contra. Dijo estar postrado en cama con un grave problema de columna vertebral. En resumen, poco faltó para que se declarara como enfermo terminal.
La justicia, con recursos amañados, le otorgó amparos y suspensiones y, en 2024, compitió por una senaduría apoyado por el partido Acción Nacional, la cual ganó. En ese periodo, la candidata de MORENA al gobierno de Veracruz, Rocio Nahle, fue blanco de una campaña difamatoria por parte de Los Yunes: la acusaron de malversar fondos de la Refinería de Dos Bocas, de beneficiarse con millonarios contratos otorgados desde la Secretaría de Energía a empresas ligadas a ella, de comprar residencias de alta plusvalía en varios estados del país, particularmente en Veracruz, entre otros señalamientos.
Aquello fue toda una andanada de acusaciones que tenían un fin claro: descarrilar a Rocío Nahle de la contienda por la gubernatura. Los Yunes de Boca del Río apoyaban a José Yunes Zorrilla, oriundo de Perote, Veracruz, quien terminó perdiendo la elección y fue abandonado a su suerte por sus parientes, pues sólo les sirvió para que Yunes Márquez ganara la elección y se encumbrara en el Senado de la República, tal como ocurrió.
Ya como senador, Yunes Márquez comenzó los acercamientos con MORENA. Paralelamente, su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, habría llevado a cabo negociaciones con Adán Augusto López, coordinador de los senadores de MORENA y operador del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Acusado de presuntas ligas con el narcotráfico –fue señalado por el gobernador de Tabasco, Javier May, de haber nombrado como secretario de Seguridad a Hernán Bermúdez, jefe del grupo criminal “La Barredora” ligado al Cártel de Jalisco –Adán Augusto fue quien cerró la negociación con Yunes Linares a cambio de varios favores: que Yunes Márquez se saliera del PAN, que votara la Reforma Judicial y que se afiliara a MORENA.
Según dijo en su momento el entonces presidente López Obrador, todo esto fue a cambio de nada; lo mismo dijo la presidenta Claudia Sheinbaum. Pero no fue así: Los favores se devolvieron con favores –amor con amor se paga, decía López Obrador –pues luego de que Yunes Márquez emitió el voto 86 a favor de la Reforma Judicial el senador veracruzano dejó de ser perseguido.
La carpeta integrada en Veracruz por fraude procesal y falsificación de documentos duerme en un archivo muerto de la Fiscalía, pues un juez de alzada le otorgó un amparo y aquel expediente ahora es papel de reciclaje; lo mismo ocurrió con la llamada “Carpeta Azul”, cuyo contenido explosivo terminó diluido a pólvora mojada: el caso está cerrado en la FGR por órdenes de Adán Augusto López, previo acuerdo con su hermano Andrés López Obrador, quien vive cómodamente en “La Chingada”, su fastuosa finca ubicada en Palenque, Chiapas.
Tras emitir su voto en favor de la Reforma Judicial, se dio como un hecho que Miguel Ángel Yunes Márquez terminaría convertido en militante de morena. En aquella ocasión le pregunté a Rocío Nahle al respecto. Respondió: “No lo creo, en MORENA no; eso sí se lo aseguro…”
Tras el cese de la persecución política y judicial contra Los Yunes –que coincidentemente ocurrió después del voto 86 –comenzó a prepararse el camino para su incorporación a MORENA.
Ese paso era más que evidente, ya que Yunes Márquez se había distanciado de sus compañeros panistas. En vísperas de la votación de la Reforma Judicial Yunes Márquez fue convocado a discutir con sus entonces compañeros algunos lineamientos a seguir para votar en contra de dicha reforma. Sin embargo, el senador no asistió. No sólo eso: desapareció del Senado. Su oficina permaneció cerrada. El argumento, según versiones de sus cercanos, es que estaba muy enfermo. Esa misma versión expresó su padre, quien dijo que padecía una enfermedad muy grave.
Sin embargo, el día de la votación apareció orondo, recto, firme, sin ningún signo de enfermedad en el rostro; se echó un discurso y, a boca llena, destacó las bondades de la Reforma Judicial. Con su voto –voto de salvación, voto que impidió su encarcelamiento y la de sus familiares –MORENA alcanzó la mayoría calificada y así fue como se aprobó la polémica Reforma Judicial.
No fue todo: Ya como aliado de MORENA, comenzaron los premios para Yunes Márquez: lo cobijaron con impunidad y empezaron los premios: Lo nombraron recientemente presidente de la Comisión de Hacienda, una de las más importantes –¿Para corregir sus presuntas maniobras financieras ilegales? –y faltaba el cierre con broche de oro: afiliarlo al partido MORENA, como ocurrió el miércoles 18 en presencia de Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y el hijo del expresidente López Obrador, Andrés Manuel López Beltrán, secretario de organización del partido en el poder.
Luego de que se dio a conocer la incorporación de Yunes Márquez a MORENA, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, estalló –o así lo pareció –en sus redes sociales.
Vía su cuenta de X, expuso:
Pido a la comisión de honestidad y justicia del partido MORENA que NO acredite la membresía como integrante de MORENA a Miguel Ángel Yunes Márquez, por no representar ni contar con los postulados del movimiento de regeneración. Los militantes de Veracruz merecen respeto!!
En otro mensaje, Nahle agregó:
En Breve estaré haciendo llegar formalmente la solicitud por escrito a la presidenta (María Luisa Alcalde) con las pruebas correspondientes sobre la Carpeta Azul”, donde está involucrado en lavado de dinero y otros delitos.
¿Acaso la gobernadora de Veracruz fue doblada por Adán Augusto López? Así parece.
El miércoles 19, el caso estuvo en silencio. Ya no hubo mayores cuestionamientos de la mandataria veracruzana, quien mostró su enojo por la decisión de sumar a Yunes Márquez a MORENA. Ahora son aliados, aunque estén distanciados.
Rocío Nahle refirió que Yunes Márquez tiene investigación abierta por lavado de dinero y otros delitos, y citó la llamada “Carpeta Azul”, donde presuntamente existen datos y evidencias de los negocios sucios de Los Yunes: empresas fantasmas, más de trescientas propiedades de origen dudoso, entre otros presuntos delitos. Sin embargo, cabe preguntar: ¿Acaso los directivos de MORENA, la presidenta Claudia Sheinbaum, López Beltrán, Adán Augusto López o Fernández Noroña –por ejemplo –ignoran el contenido de la Carpeta Azul? ¿Desconocen de verdad los negocios turbios y la historia político-criminal de Los Yunes? Olvidaron que Miguel Ángel Yunes Linares fue un opositor férreo de la izquierda y de MORENA antes y durante la campaña presidencial de 2018? ¿Olvidaron las centenas de asesinatos de activistas del PRD en Veracruz durante el periodo de Yunes Linares como secretario de Gobierno?
Rocío Nahle dijo, además, que la “Carpeta Azul” es un viejo expediente que nunca fue cerrado.
De todo esto se desprende que la incorporación de Yunes Márquez a MORENA tuvo la aprobación de la cúpula del partido. La presencia de López Beltrán lo dice todo, imposible dejar de pensar que López Obrador no haya dado línea para ello. Por esa razón, es claro que todos estuvieron de acuerdo y ahora Yunes Linares –un derechista a ultranza –se maquilla de hombre de izquierda.
Con todo el discurso contestatario de Rocío Nahle, quien dijo que lo de Yunes Linares resulta un insulto para los veracruzanos, lo cierto es que tiene nuevo compañero de partido. Aunque por ahora no es aliado –presuntamente enemigo político –tendrá que lidiar con este personaje incómodo tanto en las elecciones municipales de junio próximo como en el 2030, cuando Yunes Márquez –nadie lo dude –sea postulado candidato a gobernador de Veracruz por el partido MORENA.