La presidenta Claudia Sheinbaum ha dejado claro que la pausa de un mes en la imposición de aranceles por parte de Donald Trump es una oportunidad estratégica para convencer a Washington de la importancia de México como socio comercial. Desde Palacio Nacional, la mandataria pidió a los empresarios cerrar filas y acelerar la implementación del “Plan México”, una estrategia que busca fortalecer la economía nacional y relanzar la marca “Hecho en México”.
“Quiero darles las gracias, gracias de verdad, porque esos comunicados (de respaldo del sector privado) nos dieron una enorme fortaleza. ¿Qué ganamos ahora? Pues esa pausa, ese mes y, por supuesto, el diálogo, que era finalmente lo que nosotros estábamos buscando”, expresó Sheinbaum ante empresarios.
La presidenta enfatizó que México debe demostrar su potencial como la región con mayor crecimiento comercial del mundo. Su mensaje fue claro: la soberanía no se negocia, pero el diálogo es la mejor ruta para resolver la crisis con Estados Unidos.
Marcelo Ebrard y la urgencia del “Plan México”
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, respaldó la postura de la presidenta y dejó en claro que el tiempo apremia. Con solo un mes antes de que Trump decida si mantiene o retira los aranceles, la instrucción es redoblar esfuerzos en inversión, contenido nacional y exportaciones.
“Ahorita tenemos prisa, tenemos un mes y cada día que pasa, cuenta. Vamos a meterle con todo”, enfatizó Ebrard.
Uno de los ejes centrales será el relanzamiento de la marca “Hecho en México”, con el objetivo de fortalecer la industria nacional y hacer frente a los desafíos del comercio internacional.
Además, ante la inminente revisión del T-MEC, Ebrard propuso replantear el método de trabajo con Estados Unidos, dejando atrás el antiguo esquema del “cuarto de junto” y apostando por una estrategia sector por sector.
La postura de Sheinbaum ante Trump
Durante su intervención, Sheinbaum relató cómo vivió los últimos días antes de la llamada con Trump. La presidenta admitió que, aunque su equipo valoró la posibilidad de responder con aranceles recíprocos, optaron por el diálogo como primera opción.
“Sabía que quería encontrar una salida. Aunque era una de las posibilidades (decidimos) nosotros no poner aranceles, porque dijimos: la primera opción siempre es el diálogo”, sostuvo.
Ahora, con un mes de margen, la prioridad es clara: fortalecer la economía mexicana, posicionar a México como un socio indispensable para Estados Unidos y evitar que la crisis arancelaria se traduzca en una guerra comercial.
