El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, considera que la reciente solicitud de repatriación de Ismael “El Mayo” Zambada es parte de una estrategia para ejercer presión sobre la administración de Claudia Sheinbaum, en un contexto de alta tensión con el gobierno de Donald Trump.

De acuerdo con fuentes cercanas al gobernador, el “timming” de la petición no es casual y coincide con la narrativa de Trump sobre la influencia de los cárteles en el gobierno mexicano. Además, se suma a la reciente fotografía de Andy López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, junto a Rocha, lo que ha generado especulación sobre los vínculos entre actores políticos y figuras del narcotráfico.

El reclamo del abogado de Zambada ocurre en un momento en el que el gobernador de Sinaloa enfrenta una creciente presión política. Según versiones, Rocha teme que esta situación derive en su salida del cargo, incluso con la posibilidad de que se aleguen problemas de salud que lo lleven a una reclusión prolongada bajo resguardo militar, facilitando un cambio en la gubernatura.

El mandatario sinaloense ha sido señalado como un actor clave dentro del obradorismo, con lazos con figuras como el expresidente López Obrador, el senador Adán Augusto López Hernández y el diputado Ricardo Monreal. La amenaza de Zambada de revelar información comprometedora podría sacudir a esta red política.

En círculos políticos se recuerda que Rocha ha sido indiscreto en el pasado, relatando con detalles en el Senado su presunto papel como facilitador de acuerdos entre políticos y actores del crimen organizado. Su estilo abierto y sin filtros ha generado dudas dentro de su propio partido sobre su capacidad para resistir presiones en caso de ser investigado.

El temor de las autoridades estadounidenses se centra en que Zambada podría proporcionar información clave a la fiscal Pam Bondi, quien ha mostrado un interés especial en perseguir a los cárteles mexicanos. Esta situación complica aún más el panorama para Rocha, quien no ha logrado dar explicaciones claras sobre su paradero cuando Zambada fue secuestrado.

A pesar de todo, Rocha considera poco probable que Estados Unidos acceda a la repatriación de Zambada, dado el perfil de la fiscal Bondi y la nueva dirección de la DEA, que mantiene una política de endurecimiento contra el narcotráfico mexicano.