Justo cuando el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, no descarta que los aviones militares y los barcos que han sobrevolado y navegado en los límites internacionales y marítimos de México estén realizando labores de inteligencia y espionaje, y cuando la cadena CNN confirma que el Pentágono ha registrado una intensa actividad en los espacios aéreos y aguas marítimas limítrofes con nuestro país, el presidente Donald Trump designó ayer a Terry Cole como director de la DEA.
Veterano de esa agencia y exagente en misiones en México y Colombia, además de Afganistán, el nuevo halcón de la administración Trump que será el zar antidrogas estadounidense, parece cerrar la pinza en torno al anunciado combate contra los cárteles de la droga mexicanos a los que, aún antes de declararlos oficialmente como “grupos terroristas”, ya han comenzado a rastrear con sofisticados equipos de seguimiento e intercepción de comunicaciones, pero sin invadir los límites territoriales de México y en busca de lograr detonar una guerra conjunta desde los gobiernos de la Casa Blanca y de Palacio Nacional en contra de los que ya consideran “enemigos de los Estados Unidos”.
Lo que no se sabe aún con exactitud es si esa “avanzada de inteligencia y rastreo satelital” que ya mandó Trump sobre el territorio que abarca el Triángulo Dorado del narcotráfico mexicano, entre Sinaloa, Durango y Chihuahua, y que es la zona histórica del fracturado y confrontado Cártel de Sinaloa, contó ya con la aprobación y anuencia del gobierno mexicano, en aquella llamada telefónica del 3 de febrero, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump acordaron aplazar por un mes la imposición de aranceles generalizados del 25% a México, o si el acelerado y emporado mandatario estadunidense se aventó otra de sus medidas unilaterales.
Dicen que en política, ya sea interior o exterior, nunca hay casualidades sino causalidades y los primeros avistamientos de un avión militar de inteligencia, de los llamados U2, que sobrevolaba cerca de la península de Baja California y a la altura del territorio de Sonora y Sinaloa, fueron reportados en La Paz y en Los Cabos el 4 de febrero, justo un día después de aquella llamada telefónica entre los dos mandatarios.
Luego vino la presencia de un barco militar, también de inteligencia, que navegó por las aguas internacionales, pero muy cerca del mar patrimonial de México, y después, de acuerdo con la cadena CNN, en solo 10 días, la administración Trump realizó 18 misiones de vigilancia en la frontera con nuestro país y en el espacio aéreo internacional alrededor de la península de Baja California. Lo hizo, dijo el influyente medio estadounidense, con un avión espía U2, que monitorea comunicaciones de los cárteles de la droga, en lo que la misma cadena de noticias calificó como “un gran aumento en las misiones de este tipo”.
Tal vez por eso la presidenta Sheinbaum y su gabinete han reiterado y repetido en los últimos días el mensaje de que “nadie debe meterse con la soberanía mexicana”, que “somos una nación independiente y no somos colonia de nadie” o que “los límites rojos de nuestra cooperación y entendimiento son los de la soberanía mexicana”. Porque ya sea que se lo haya pedido Donald Trump y la presidenta haya aceptado, siempre y cuando no se invadiera el territorio de México en ninguno de sus límites, o que de plano sólo le haya avisado como cortesía el impulsivo mandatario estadounidense, el hecho es que ha comenzado a cerrarse la pinza en el combate frontal que el inquilino de la Casa Blanca le quiera dar a los empoderados cárteles mexicanos.
La única duda sigue siendo si, a pesar de las presiones y amenazas de Trump, la presidenta Sheinbaum haya decidido no entrar a una estrategia frontal de confrontación y sometimiento de los poderosos y armados cárteles mexicanos por no enfrentarse ni romper con su antecesor y jefe político. Porque extrañamente a la doctora le molestó mucho que se preguntara, en la mañanera del lunes, la periodista Dalila Escobar, de Proceso, sobre si su estrategia contra el narco era diferente de la de “Abrazos, no balazos” de López Obrador. “Nostros siempre vamos a defender al presidente López Obrador. Que no les quepa la menor duda… que nadie se equivoque somos parte del mismo movimiento… no nos vamos a distanciar”, dijo entre aspavientos y alterada Sheinbaum Pardo.
Pero si ella no decide sumarse, está más que claro con los vuelos de espionaje y la designación del nuevo halcón de la DEA, que Trump dirigirá su propia guerra contra los narcotraficantes mexicanos a los que les daría tratamiento de “terroristas, enemigos de los Estados Unidos”. ¿Será que a la presidenta mexicana la rebasarán los gringos por la derecha si se resiste a sumarse a la guerra estadunidense contra el narco?
NOTAS INDISCRETAS… En su salida a los medios para responder a la paternidad que le adjudicaron de la leonina iniciativa que permitía a los bancos descontar de sus cuentas de nómina pagos de adeudos y créditos a los trabajadores, el controvertido diputado de Morena, Pedro Haces, se sacudió dicha propuesta y dijo que no corresponde a la reforma que él propuso en 2020 como senador y apuntó hacia el actual senador Cuauhtémoc Ochoa como el impulsor de la leonina reforma. Pero como el lunes la organización Mexicanos contra la Corrupción publicó un reportaje donde reseñan la fortuna y patrimonio en ranchos, casas y empresas del líder sindical de la CATEM, Haces aprovechó para responder, con una mezcla de sinceridad y cinismo, que el rancho de 8 hectáreas en el Ajusco es una “herencia familiar”, que sí tiene todos los lujos que dice el reportaje y que también posee las empresas que se mencionan de su esposa, su hija, y sus negocios taurinos en México, España y Francia, además de Las Vegas. “¿No contradice ese patrimonio y riqueza que usted reconoce tener la austeridad de la 4T en la que usted milita?”, le pregunté a Pedro Haces en una entrevista en el noticiero de “A la Una” en el Heraldo Radio. “No soy aún militante, pero estoy a punto de serlo y será un orgullo serlo porque no solo estoy en el movimiento, sino en el lado correcto de la historia y no hay ninguna contradicción porque yo no he ocupado ningún cargo público y no he robado a nadie. Lo que tengo es en parte de mi familia, soy la tercera generación de empresarios, y producto de mi esfuerzo y mi trabajo”, respondió sin ningún temor el coordinador político de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados. Luego, a EL UNIVERSAL, le diría en otra entrevista: “Todos tenemos cola, la mía es chiquita, como de hamster, hay otros que ni la puerta cierra cuando pasan”. Está claro que por más que digan que la presidenta no lo soporta y por más que se escandalicen muchos morenistas y otros le rindan pleitesía, Pedro Haces tiene conexiones fuertes y compromisos con la 4T y que, por más incómodo que les resulte, no lo pueden negar ni deponer, porque tal vez ha visto y conoce el tamaño de las colas de varios de sus ilustres dirigentes y gobernantes… En el caso de invasión de propiedad e intento de despojo que aquí comentamos hace unos días, en el que el empresario Jorge Toriello, pretende apropiarse de el inmueble que ocupan las escuelas para niños de escasos recursos del colegio Celamex Italia y el Instituto Pascual Borgia, donde se apoya con educación a familias de escasos recursos, están pasando cosas bastante extrañas. Ayer estaba prevista una audiencia decisiva en el Juzgado 36 de la Ciudad de México, en la que la defensa de las monjas y directivos de Celamex Italia iban a solicitar la aplicación de la ley en contra del presunto invasor Toriello, acusándolo de falsificar un acta donde lo nombran presidente de la Inmobiliaria Mondragón, incluso con el voto de una persona muerta hace 7 años. Pero de manera inexplicable el juez decidió cancelar la audiencia de último momento y la pospuso para fecha próxima. Según los abogados y los padres de familia cuyos hijos estudian en esos dos colegios, la cancelación de la audiencia pudo deberse a que la Fiscal Mitzi Samary León Gómez, titular de la Fiscalía de Investigación de Delitos Ambientales y en Materia de Protección Urbana de la Ciudad de México, no ha realizado su trabajo para confirmar la propiedad que detentan desde hace 50 años los colegios de Celamex Italia, que ocuparon esos terrenos por cesión del dueño original y que tras su muerte el señor Toriello, que trabajó con dicho dueño, vio la oportunidad de apropiarse de los terrenos e inmuebles ostentándose falsamente como presidente de la inmobiliaria que se los había cedido a dicha fundación educativa. ¿Será que la Fiscal de Fidampu está entorpeciendo y apoyando a los mafiosos invasores que con documentos falsos desean apropiarse de los inmuebles? Sería bueno que la fiscal capitalina Bertha Alcalde pusiera orden e interviniera en este tema para aclarar si no es ella quien está permitiendo que personal a su mando siga cometiendo estos actos que impiden la correcta aplicación del derecho y permiten y legitiman un atropello para las personas que con su esfuerzo apoyan la educación para niños de escasos recursos. ¿Será que como dijo la fiscal Alcalde va a trabajar por una ciudad más justa a favor de las víctimas y en contra de la impunidad?… Ruedan los dados. Volvió a caer Escalera. Seguimos subiendo.