La reaparición del general Salvador Cienfuegos en un acto oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no pasó desapercibida en Palacio Nacional y dejó dudas sobre el mensaje que buscó enviar el Ejército.
A una semana de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusara al gobierno mexicano de una presunta alianza con el narcotráfico, Cienfuegos—quien fue detenido en 2020 por la DEA bajo cargos de colusión con el crimen organizado y posteriormente liberado—se mostró en uniforme, sobre el templete y tomándose fotografías con oficiales en la ceremonia de la Marcha de la Lealtad en el Castillo de Chapultepec.
En el equipo cercano a Claudia Sheinbaum, la presencia del exsecretario de la Defensa generó inquietud, considerándola un movimiento innecesario en un momento de alta tensión con Washington. Aunque en la Sedena argumentan que Trump mismo ordenó su liberación en 2020, en el ámbito político el gesto no pasó desapercibido.
El malestar también responde a la creciente influencia del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, quien ha tomado un papel más relevante en la estrategia contra el crimen organizado, una labor que tradicionalmente ha recaído en el Ejército.
Entre los factores que generan tensiones se encuentran:
- Cambio de estrategia: El enfoque de García Harfuch ha resultado en más arrestos y decomisos, pero también en un aumento de bajas en las fuerzas armadas. Este fin de semana, un militar murió en Sinaloa durante la captura de un piloto vinculado a Los Chapitos.
- Recursos y control presupuestal: La Sedena ha visto una reducción en su acceso discrecional a recursos, mientras que Seguridad Pública ha aumentado su presupuesto y está bajo un mayor escrutinio.
- Relación con Estados Unidos: García Harfuch mantiene una interlocución privilegiada con las agencias de seguridad estadounidenses, lo que no ha sido bien recibido en ciertos sectores castrenses, que han intensificado la promoción de sus propios vínculos con el Pentágono y el Comando Norte.
Aunque no se espera una confrontación abierta entre ambas instituciones, la reaparición de Cienfuegos en un evento de alto perfil sugiere una tensión latente en la nueva dinámica de poder en el gabinete de seguridad.