Ya vimos que la izquierda retrocede en todo el mundo, excepto en México. ¿Por qué aquí sigue ganando? Por la pésima oposición.

La actual oposición en México no funciona, y el problema principal es simple: no entienden el mercado político. No lo leen, no lo sienten, no lo viven.

No pertenecen a la sociedad, viven sobre ella, no con ella.

Mucho escritorio, retórica, poca calle.

El mexicano pobre vive profundamente frustrado. Frustrado por su entorno violento, por las pocas oportunidades de salir de la pobreza, por la falta de amor en su entorno y por un sistema educativo deficiente.

Esa frustración no se canaliza en soluciones reales, sino en fantasías absurdas como exigir que España pida perdón por el oro que supuestamente se robó. Algo ridículo si consideramos que ese oro terminó edificando lo que hoy es lo único bonito de México: su lado más europeo, sus catedrales, sus edificios coloniales.

El resentimiento es la emoción predominante en el discurso político actual.

El mexicano no odia la pobreza, odia a los ricos.

Odia a los “fifís”, odia a quien habla con propiedad y fluidez. No porque le hayan hecho algo, sino porque necesita un culpable. Y Morena supo venderle ese cuento: le convenció de que Calderón, Peña Nieto y la oposición son los responsables de todos sus problemas.

La realidad, sin embargo, es que los problemas del país son estructurales y vienen desde su misma sociedad, su funcionamiento y sus valores.

El 42.2% de los hogares mexicanos pertenecen a la clase media y el 56.6% a la clase baja, según estimaciones del INEGI. Sin embargo, una gran parte de esos sectores no se considera pobre si salimos a preguntarles.

Entonces, ¿por qué alguien que no se ve a sí mismo como pobre no vota por una opción progresista o capitalista?

Porque nadie se la ha ofrecido.

Contrario a lo que los radicales de Morena se empeñan en decir, en México no existe la derecha. El PRI, un partido socialdemócrata, ha gobernado casi toda la historia moderna, y el PAN, aunque se asuma como conservador, no deja de ser socialdemócrata.

Un Milei en México jamás ha existido.

Por eso Bukele llama la atención en México: es novedad. Es una figura que, aunque no tiene una ideología económica clara, representa orden, decisión y mano dura.

Nadie en este país le habla al pequeño empresario.

Para Morena, todos los empresarios son explotadores y corruptos. Pero los empresarios que realmente mueven la economía mexicana están en el sector informal, no porque quieran, sino porque si entran a la formalidad no les alcanza. No pueden pagar un salario digno, los moches, el “piso” a los criminales y además la cuota que los políticos les exigen para seguir operando.

Esos pequeños empresarios —dueños de tortillerías, tienditas, taquerías— son quienes generan la mayoría de los empleos.

México es un país condenado a la pobreza porque estructuralmente está diseñado así.

La desigualdad es insultante: hay familias que pierden su casa por no poder pagar 20 mil pesos y, al mismo tiempo, millonarios usando aerotaxis para evitar el tráfico.

Esa incapacidad de vender esperanza es lo que la oposición no entiende.

Morena no ha mejorado la vida de la gente, pero sí le ha dado un enemigo al cual culpar.

La oposición, en cambio, no le habla al mexicano que se mata trabajando, ni a los pequeños empresarios. ¿El resultado? Morena sigue dominando más de la mitad del mercado electoral.

Si buscamos referencias en la historia, encontramos casos de partidos que lograron romper con el monopolio del poder estableciendo un discurso de centro o centro-derecha con éxito. En España, el PP de Aznar logró conectar con una sociedad harta del socialismo de Felipe González, vendiendo estabilidad económica y modernización.

En México, la oposición tiene dos caminos: seguir siendo irrelevante o aprender de estos casos y reinventarse. Si quiere competir, necesita leer el mercado político y ofrecerle al votante mexicano algo en lo que realmente pueda creer.

Hasta ahora, no ha sabido hacerlo…

Gracias a todos los que me acompañaron en esta serie de textos sobre la guerra cultural y el desastre de nuestra oposición. No siempre es fácil poner en palabras lo que muchos piensan, pero espero haber dejado algo en qué reflexionar.

Aprecio el tiempo que se tomaron para leer y compartir.

Para los que verán el Super Bowl el domingo, que disfruten del partido y de la convivencia.

Si quieren seguir la conversación, me encuentran en X como @jlparra_ y, si prefieren escribirme directamente, estoy a sus órdenes en [email protected].

Buen fin de semana.

Juan Luis Parra

Juan Luis Parra es licenciado en Mercadotecnia, diseñador web y programador con más de 8 años de experiencia. Director de SonoraPresente y fundador de AgenciaSP, actualmente lidera proyectos de publicidad y diseño en varias industrias. [email protected]

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