“QUE SE VAYA a vender a los lugares donde realmente no hay conexión ni servicio, que se vaya a dar servicio allá. ¿Pero qué hace Altán?: estar vendiendo acá en la CDMX”, se quejó Carlos Slim Helú.
El dueño de América Móvil y de Telmex no se aguantó y soltó más: “Lo que es una lástima es que Altán, que tiene gratis la red y no paga rentas, no está dando un servicio social a nadie”.
Y es que la concesión que entregaron en 2016 los entonces presidente Enrique Peña Nieto y secretario de Hacienda, Luis Videgaray, fue para llevar conectividad a las regiones más aisladas del país.
Los dichos del magnate, hace una semana en su conferencia de prensa, se dieron 19 días después de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones diera el aval a la CFE de tomar mayoría en Altán.
Y tras esa resolución del regulador que preside Javier Juárez Mojica y el estallido de Slim, dos días después, el Consejo de la empresa estatal eléctrica que dirige Emilia Esther Calleja aprobó adquirir 49% de Altán.
Slim tiene razones de sobra para odiar a Altán, empresa que como recordó en su conferencia de casi cuatro horas, fue rescatada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con 30 mil millones de pesos.
Pero el problema es que hace tiempo abandonó su vocación de conectar las poblaciones recónditas, y de dar servicio como carrier ahora le acomodaron la ley para competir directamente con operadores minoristas.
El nuevo operador, el “Telmex del Bienestar”, irrumpe cuando Telefónica-Movistar de México está vendiendo sus activos para retirarse del país y el corporativo de AT&T dejó de inyectarle dinero a su filial.
El mercado de las telecomunicaciones está en plena reconformación: Telcel, de Slim; AT&T, que preside Mónica Aspe, y ahora Altán, que aún dirige Carlos Lerma, se disputan un lucrativo mercado.
Pero lo que más preocupa a Slim es con quién está perdiendo parte de su negocio, no tanto ante Altán, sino al único cliente que tiene: “Sí es competitivo: nada más tiene un cliente Altán… y le da baratísimo”.
Slim omitió a propósito el nombre de ese “único cliente”, ni más ni menos que Wal-Mart, la poderosa cadena de retail que dirige aquí Ignacio Caride y cuya empresa de telefonía, Bait, ha crecido exponencialmente.
En los últimos tres años, Bait alcanzó más de 13 millones de abonados, principalmente en el segmento de prepago, gracias a una agresiva estrategia de negocios y promociones de Wal-Mart.
Ello llevó a que a principios de 2024, Telcel demandara a Altán por prácticas anticompetitivas: la acusa de mantener con Wal-Mart un acuerdo ventajoso que le permite a Bait ofrecer tarifas con dumping.
Y es que Bait se beneficia de que Altán, rescatada de la quiebra por el gobierno de la 4T, despliegue una red con dinero de los contribuyentes, no pague renta de antenas y prácticamente reciba gratis frecuencias.
“Si regalan espectro a Altán, que lo regalen a todos los operadores”, remató un Slim Helú enchilado.
PUES NADA, CON la novedad de que el mes pasado y tras dos intentos fallidos de doblegar a las señoras Carmen, Gabriela y Viviana Garza Delgado, Santander presentó una tercera denuncia por supuesta falsificación de documentos. Ooootra vez la patrocinó Víctor Olea, el presidente del Colegio Barra de Abogados. Se trata del enésimo intento de doblegar a las septuagenarias señoras que ya le ganaron un juicio de mil millones de dólares al banco por haber fallado en su labor de fiduciario de más de 36 millones de acciones de Grupo Alfa que les heredó su padre, Roberto Garza Sada. El pleito data de hace 14 años. Olea utilizó a El País, donde Santander es accionista, para apoyar a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, para atacar la Reforma Judicial de Andrés Manuel López Obrador. En este pleito del que ya hemos escrito mucho, figura también Javier Quijano como abogado civil de Santander y miembro del Comité de Selección de los nuevos ministros, jueces y magistrados de esa misma reforma. Al final, nadie sabe para quién trabaja.
POR CIERTO QUE hoy está en México Ana Botín. Es un viaje relámpago de un día y medio. No se sabe si ya consiguió audiencia con la Presidenta Claudia Sheinbaum. Le decíamos el viernes que no ha podido ser recibida, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, que la acogió en Palacio Nacional más de cinco veces durante todo su sexenio. Pese y al respaldo de las hermanas Laura y Gina Diez Barroso, cercanas al segundo piso de la 4T por su liga con la asesora de la doctora en materia empresarial, Altagracia Gómez Sierra, las consejeras de Santander no han podido evitar que el banco fundado por Emilio Botín se sacuda no solo las denuncias de las hijas del fundador del Grupo Alfa, sino de las carpetas de investigación que la Fiscalía General de la República, de Alejandro Gertz Manero, ya les elaboró por el otro desfalco de más de 20 mil millones de pesos al Forte (Fondo de Retiro de los Trabajadores de la Secretaría de Educación Pública) donde el banco también es fiduciario.
Y YA QUE hablamos de banqueros, la Asociación de Bancos de México prorrogó una semana más la inscripción del candidato que habrá de relevar de la presidencia a Julio Carranza, el director de Bancoppel. El plazo original venció el viernes pasado y se amplió al próximo viernes. Se está haciendo un esfuerzo para que Emilio Romano corra todo un engorroso proceso burocrático en Bank of America para conseguir el aval de esa institución. Y es que el mexicano tiene que alinear las opiniones y autorizaciones de las contralorías, compliance y gestión de riesgos del banco que preside Brian Moynihan, con un componente adicional: la llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos estresará justo las áreas de todos los bancos, especialmente los de México, en los temas de financiamiento al terrorismo y lavado de dinero una vez que los cárteles del narco sean declarados “organizaciones terroristas”. Bank of America es uno de los principales bancos corresponsales en nuestro país.
LE ADELANTÉ LA semana pasada de la solicitud de concurso mercantil de Controladora Dolphin. No es un caso menor. Grupo Dolphin Discovery, si no es el grupo operador de delfinarios más grande del mundo, es uno de ellos, con instalaciones en Cancún, Isla Mujeres, Cozumel, Riviera Maya, Puerto Aventuras, Mahahual, Playa del Carmen, Akumal, Nuevo Vallarta, Punta Cana, Miami, Ocho Ríos, Montego Bay y otras islas del Caribe. Su fundador y presidente, Eduardo Albor, incluso tiene o tuvo una propiedad en Roma, Italia, y buscó una expansión en Portugal. Un empresario muy avezado, cuyo declive financiero empezó cuando se le venció el contrato del delfinario Miami Seaquarium en abril del año pasado y el condado de Miami-Dade le requirió desalojarlo. Hay un litigio en curso, demandas y contrademandas. En agosto de 2023 murió en ese mismo acuario la famosa orca Lolita. Dolphin arrastra un pasivo superior a 200 millones de dólares, básicamente con fondos como Prudential Insurance, Cigna Insurance y Life Insurance. Ya fue designado Gerardo Badín como visitador.