La lucha interna en el oficialismo, desatada por las reformas contra el nepotismo, ha dejado en evidencia la fragmentación del movimiento obradorista, incluso dentro de la propia familia del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Según fuentes cercanas, Pío López Obrador, hermano del exmandatario, está molesto con el creciente poder de su sobrino, Andy López Beltrán, quien se ha convertido en una de las figuras más influyentes dentro de Morena. Pío considera que, tras el liderazgo de AMLO, es su turno de incursionar en la política, pero acusa a Andy de cerrarle el paso y minimizar su papel en la fundación del partido.

En días recientes, Pío intentó plantear su reclamo directamente en la casa de AMLO en Palenque, pero la conversación duró menos de diez minutos y terminó en un ambiente tenso. Desde entonces, no han vuelto a hablar.

Otro punto de fricción es la demanda que Pío interpuso contra Carlos Loret de Mola por difamación, tras la difusión de los videos en los que aparece recibiendo dinero para la campaña presidencial de 2018. Pío exigió 200 millones de pesos como compensación, pero esperaba más respaldo del Gobierno, lo cual no ha ocurrido.

Por otro lado, José Ramiro López Obrador, otro de los hermanos del expresidente, también enfrenta dificultades. Aunque aún forma parte del gabinete del gobernador de Tabasco, Javier May, su relación con AMLO se ha enfriado, especialmente después de que el exmandatario decidiera no tomarle más las llamadas.

El distanciamiento se debe, en parte, a la disputa entre May y Adán Augusto López Hernández, con quien AMLO mantiene una estrecha relación. Además, aliados de Andy López Beltrán han operado en contra de May, lo que ha generado aún más tensión dentro del círculo tabasqueño.

Mientras AMLO mantiene un repliegue táctico entre Palenque, Villahermosa y la Ciudad de México, su influencia sigue siendo determinante dentro del movimiento, aunque su familia parece estar cada vez más dividida.