Integrantes de la Célula de Búsqueda e Investigación en Desaparición Forzada de Baja California regresaron al desierto de Sonora tras un año sin poder ingresar debido a la violencia en la zona. Acompañados por elementos de la Secretaría de Marina (Semar), la Policía Estatal de Sonora y la Agencia Ministerial de Investigación Criminal de la Fiscalía de Sonora, lograron realizar búsquedas en dos puntos distintos, donde hallaron restos humanos.

De acuerdo con Gonzalo Moreno, miembro del colectivo, la participación de las fuerzas de seguridad fue sorpresiva, ya que en un principio no se esperaba su respaldo. Sin embargo, la Guardia Nacional se negó a acudir, argumentando que su prioridad es la vigilancia en la frontera como parte de los compromisos del Gobierno federal con Estados Unidos.

El grupo de búsqueda esperaba la asistencia de 100 personas, pero muchas desistieron ante el temor de posibles ataques de grupos delictivos que operan en la región. A pesar de ello, lograron inspeccionar la zona y encontraron restos óseos, entre ellos costillas y una mano, en un área entre Peñasco y el Golfo de Santa Clara.

Durante su recorrido, detectaron obstáculos en los caminos, como dispositivos poncha llantas, los cuales, según información proporcionada por elementos federales, son utilizados por grupos delictivos que operan en la zona.

El Golfo de Santa Clara, ubicado a unos 180 kilómetros de Mexicali, es un área de difícil acceso y sin comunicación celular. Además, es considerado un territorio en disputa por narcotraficantes dedicados al tráfico de drogas y personas.