Un error en la navegación GPS terminó en tragedia para el chofer de tráiler Porfirio Ubence Guerrero, quien murió deshidratado tras quedar varado en el Gran Desierto de Altar, en Sonora. El conductor, de 43 años, siguió las indicaciones de su sistema de posicionamiento y tomó una brecha abandonada, donde su camión de doble semirremolque quedó atascado, a 90 minutos del pueblo más cercano.
El transportista no llevaba provisiones de agua y, ante la desesperación, bebió agua del radiador de su vehículo. Fue hasta el domingo 9 de febrero que la empresa para la que trabajaba inició su búsqueda con grúas y vehículos todoterreno. Al encontrarlo, los rescatistas le dieron agua y solicitaron una ambulancia para trasladarlo al Hospital del IMSS en Caborca, donde ingresó en estado crítico alrededor de las 22:00 horas.
Sin embargo, la familia de la víctima acusa al hospital de negligencia, pues afirman que no recibió el tratamiento adecuado para su grave deshidratación y los daños ocasionados por ingerir agua contaminada. De acuerdo con el IMSS, el hombre falleció a la mañana siguiente por shock hipovolémico severo, insuficiencia renal y posible intoxicación por el agua del radiador.
Este caso ha reavivado el debate sobre los peligros de las rutas sugeridas por el GPS en zonas desérticas y de alto riesgo en Sonora. No es la primera vez que un conductor es enviado por caminos peligrosos: en 2019, un trailero fue asesinado tras ser dirigido por una brecha insegura en la zona de Tubutama y El Sáric, mientras que hace cinco años, un turista italiano murió tras ser emboscado en una ruta desierta.
Los familiares de Porfirio Ubence Guerrero han exigido una investigación formal sobre la presunta negligencia médica, solicitando la intervención de la Fiscalía General de Justicia de Sonora.