A menos de que el gobierno mexicano haya mentido de principio a fin, El Mayo Zambada tiene razón. Si no fueron autoridades mexicanas las que lo detuvieron en julio en territorio nacional y entregaron a Estados Unidos cumpliendo cada requisito procesal, la frase del sinaloense parece ser irremontable: “No se debe perder de vista la irregular e ilegal manera en que fui puesto a disposición de la autoridad de Estados Unidos”. El Mayo solicita ayuda al gobierno desde su incontrovertible condición de ciudadano mexicano. Pide que se le repatrie para ser procesado aquí y alega que la respuesta del gobierno no puede ser opcional: “Tiene la obligación de defenderme”. La presidenta Sheinbaum fue cuidadosa ayer al comunicar que pedirá la opinión de la FGR sobre los hechos. Pero si el gobierno y la FGR no han mentido de principio a fin tendrán que ser consistentes y repetir que ellos no lo detuvieron. Sería entonces la detención ilegal de un mexicano entregado a un gobierno extranjero que lo procesa sin reparar en el antecedente. No es tan complicado: un ciudadano mexicano pide apoyo a su gobierno ante lo que todo indica fue una flagrante ilegalidad. En ésta, justo ahora, El Mayo tiene razón.