“Seré peje, pero no soy lagarto”, se ufanaba el líder del Morena, López Obrador, para suplicar que le creyeran que él, por no tener cola que le pisen, acabaría con la corrupción. Sí, cómo no. Pues resulta que ahora la transformación, en materia de transparencia y combate a las ladronerías, acabó en reconocer que sí tienen cola chiquita, de hámster, como confesó, en el pleno Palacio de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, en conferencia oficial, uno de sus prohombres.

¿En verdad les extraña que México haya caído, en el mundo, en la percepción de los ciudadanos que tienen un gobierno corrupto?, ¿Les parece raro que los ciudadanos consideren a sus autoridades cleptómanas?, ¿Somos los mexicanos unos malagradecidos que no sabemos reconocer la “honestidad valiente”? Veinte botones de muestra de la porqueriza:

1.- Derriban al Poder Judicial, diciendo que está corrupto, y no presentan una sola probanza contra jueces y magistrados. Al contrario, cambian la práctica judicial de un ministro, con una plática con la Presidenta. La peor corrupción es no respetar la división de poderes;

2.- Desaparecieron al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, INAI, (independientemente de las grillas que se traen sus comisionados) y que lo utilizaba la prensa, para obtener información fidedigna;

3.- Acabaron de quebrar a Pemex, sin dar explicaciones y dejaron chiflando en la loma de pretextos a cientos de proveedores;

4.- Subieron la gasolina, con los impuestos federales, y se quedan con los excedentes del precio internacional y prometieron bajarla a diez pesos. También hay corrupción cuando no se cumple la palabra;

5.- En Segalmex, se perdieron más de dos mil millones de pesos, reconocidos por el gobierno, y ni un responsable, cuando está acreditado el quebranto;

6.- En el Instituto Nacional de Migración murieron quemados cuarenta migrantes y su titular gasta millones del erario en su defensa personal;

7.- Se mantiene el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, mientras las calles de Culiacán siguen llenas de miedo;

8.- Vendieron un avión presidencial, y no sabemos ni el monto, ni el destino, ¿fue para hospitales?;

9.- Cancelaron un aeropuerto y no reutilizaron sus tierras y su lago de Texcoco;

10.- Armaron unas mesas de judicialización, para impartir justicia, a dedo presidencial;

11.- Una línea del Metro se cayó y el ingeniero Slim dijo que le faltaba mantenimiento. ¡Y nada!;

12.- Ebrard acusa a Ariadna Montiel de desviar recursos de la Secretaría del Bienestar, en la precampaña presidencial morenista, y todos calladitos como momias;

13.- El senador Adán Augusto López lanza (en la tribuna del Senado) acusaciones por “negocitos añejos” contra los diputados de su propio partido, y todo lo arregló con una foto;

14.- La refinería de “Dos Bocas”, cuesta tres o cuatro veces más del precio proyectado originalmente;

15.- Nadie conoce el costo real de famoso Tren Maya, mucho menos del cochupo del balastro;

16.- El Partido del Trabajo se lanza contra el gobernador oaxaqueño Jara, por contratos de basura, al que llevó al poder;

17.- La extorsión es una patente de corso impune en todo el país; practicada por la delincuencia organizada, y la delincuencia gubernamental al otorgar permisos y autorizaciones;

18.- Hurtan el dinero a los trabajadores del Infonavit, argumentando que hubo corrupción en el pasado, y tienen como senador en Morena a un exdirector de ese instituto;

19.- El INE queda colonizado por los deseos de Morena; y

20.- La Agencia Aeroespacial del Bienestar quedó como la farmaciota del bienestar: vacía y en el aire.

¿Cola de hámster? Es quererse mucho. Narcisismo cleptocrático. Cuentan que después de que Pancho Villa le tumbó una mano en Celaya, y lo dejó manco, Álvaro Obregón se burlaba de sí mismo y decía que era el presidente más honrado porque sólo tenía una mano para robar. El nuevo PRI morenizado, no sólo tiene cola chiquita, la tiene prensil.

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