¿Quién protege a Cuauhtémoc Blanco? ¿Por qué, después de la acusación de su media hermana y de la misma gobernadora morenista de Morelos, prefirieron quitar del camino al fiscal y callar las acusaciones en contra del exgobernador, hoy diputado federal del oficialismo?
El régimen acusa al exfiscal de Morelos de atropellos a la justicia; no me toca aquí a mí ni refutar ni reforzar esos los señalamientos. Lo que sí quiero hacer notar es algo que es independiente de lo anterior: que las fuertes denuncias y acusaciones contra Blanco estaban sólidamente fundamentadas y Morena, al protegerlo, deja crecer la impunidad.
La porquería en Regeneración Nacional solo está creciendo y con esta el peligro para la reputación del gobierno federal, para su gestión y para la presidenta. Por si fuera poco, este es un asunto más para que Trump y su gobierno señalen de malos manejos y peores relaciones a la 4t y las autoridades mexicanas en general.
Pero hay más: el asunto de Cuauhtémoc Blanco (gobernadora Margarita González y exfiscal Uriel Carmona incluidos) es uno de esos casos donde la mafia lopezobradorista se está imponiendo y rebasando de mala manera a Claudia Sheinbaum.
Por más que participe del Movimiento, vaya que está jodido que la presidenta tenga que optar por cobijar al exgobernador.
Un pasado glorioso en el futbol que devino en una pésima gestión primero como presidente municipal de Cuernavaca, después como gobernador de Morelos, que llevó a enormes escándalos de corrupción y asociación con el crimen organizado y que hoy va más allá: a acusación como abusador de mujeres.
¿Ese es el prototipo de integrante de Morena?, ¿ese es el tipo de personas que “sirven” de ejemplo para consolidar la 4t? Nada de eso. Sirve para demostrar que el feminismo de la 4t no existe. Que es de membrete; demagogia pura. Así, ahora de pronto el silencio de la media hermana de Blanco, de la actual gobernadora de Morelos. Pero también de la presidenta Sheinbaum que tiene que hacer malabares para dirigir los reflectores hacia Ulises Carmona mientras se inmuta sobre Blanco, quien atropelló a la justicia, la honradez, a las mujeres.
Morena y la mafia del poder defienden a Blanco. ¿Hasta qué punto con el aval de Claudia? ¿Ella comparte el falso feminismo de la 4t que quedó plasmado todas las veces que un 8 de marzo las puertas de Palacio estuvieron cerradas para las mujeres?
La defensa de Blanco es intolerable; sea como funcionario público señalado por actos de corrupción; como ser humano al ser acusado de abusador de mujeres; o como el ejemplo que fue y sigue siendo para las juventudes.
Cuando la gobernadora de Morelos, señaló las tropelías de Cuauhtémoc, ¿fue por decisión propia o la presidenta Sheinbaum lo permitió?
Era un momento ideal, especialmente con la presión de Trump y porque se tiene que demostrar que el gobierno no es un narcogobierno. Entonces teniendo todo para quitar a Blanco, desmarcarse de un personaje tan señalado, ¿por qué el sostenerlo?
Por alguna razón (o muchas) Morena le está llevando la contraria a Claudia. Ya veremos si se salen con la suya, lo que significaría un gol contra Claudia y sí, también contra el cada vez más enclenque Estado de derecho y una muestra de que en México no importa la ley, la justicia, nada, solo los deseos de un grupúsculo de individuos que son quienes controlan Morena.
El caso Blanco va más allá de un fuerte desencuentro de Sheinbaum con Morena (y AMLO) es el caso de las definiciones, de saber hacia dónde vamos, lo que se permite y el por qué se permite y si a Claudia poco a poco se separa de la herencia maldita del obradorismo.
Gaza y el atroz silencio del mundo
Ante las intenciones de Trump sobre Gaza, la comunidad internacional —fuera de uno que otro reclamo— ha guardado silencio. Cierto, hubo tibias protestas sociales por parte de Alemania, Francia, Reino Unido y Australia. Grupos en Italia (aliada de Trump) soltaron de refilón que la mejor opción es continuar con la zona que separa Israel de Palestina. China, Pekín, Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Turquía rechazaron la propuesta, si bien en ello ni siquiera mencionan a la gente de Gaza.
Pero el silencio que más destaca es el de la Unión Europea. El G20, organismo que se reunirá próximamente en Sudáfrica tampoco ha dicho nada; quizá porque Marco Rubio, secretario de Estado, no quiere perder el dinero de los contribuyentes estadounidenses asistiendo…
Tal vez Francia fue más vocal al decir que “no contempla que un tercer Estado se haga cargo de Gaza” según palabras del ministro de relaciones exteriores; el presidente Macron no dijo nada de nada ni siquiera en redes sociales.
La ONU no llamó a una reunión de su Consejo de Seguridad, ni siquiera de la UNRWA (agencia de la ONU que ayuda a Palestina). ¿Será porque Trump le podría recortar la aportación de su país? La ONU no olvida que en el primer mandato de Trump, este cortó el financiamiento a la UNRWA cuestionando su valor y diciendo que los palestinos tenían que aceptar las conversaciones de paz con Israel.
Ya vimos también que el presidente Trump sacó sin que nadie chistara a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y anunció que podría abandonar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Canadá que solía ser muy vocal solo expresó su rechazo al “desplazamiento forzado” de la población, pero evitó mencionar a Trump. Hay que reconocer un hecho: el que Estados Unidos anuncie anexarse Gaza, y forzar la salida de todos sus habitantes, no es cosa menor.
Y no es miedo al energúmeno naranja; pareciera que las naciones —pero también los medios de comunicación— siguen compartiendo un profundo sentido de culpabilidad por el horror que tuvo lugar hace ya casi un siglo y de lo que ciertamente hoy en día no pueden sentirse copartícipes.
Los resabios de un sentido de vergüenza por el holocausto hace pasar por alto la barbaridad que significa que Trump pugne por la reubicación de casi dos millones de personas que serán forzadas a dejar su hogar y que tendrán que emprender un éxodo y suplicar a naciones como Egipto y Jordania les cedan parte de su país para ubicar una nueva Palestina.
Trump, quien detesta a los migrantes, está a punto de crear millones de ellos; palestinos migrantes sin patria.
¿Dónde quedó la humanidad de autoridades y medios de comunicación que pregona los derechos humanos universales? ¿La que clamó contra el cobarde secuestro y asesinato de casi 700 asistentes a un concierto en Israel por parte del grupo terrorista Hamas, pero que hoy callan ante la expulsión de más de dos millones de personas?¿O es que todos los países quieren ser parte de esa ribera paradisiaca del medio oriente que está mentando Trump?
Nadie en su sano juicio puede considerar que esto que trama el mandatario estadounidense sea una retribución a Israel por la brutalidad sufrida contra los judíos hace 80 años. Empezando porque Trump no dijo que la franja de Gaza se la quedaría Israel; dijo claramente que sería propiedad de Estados Unidos.
La reubicación forzosa de los habitantes de Gaza ya inició. Benjamin Netanyahu, aprovechando lo dicho por Trump, está utilizando a su ejército para desalojar palestinos. ¿Dónde están los despliegues de ayuda humanitaria?, ¿dónde el respeto al derecho internacional.
La propuesta de Trump desestabiliza a los países de la zona, enseña la podredumbre humana de todas las naciones que guardan silencio al protestar por lo bajo. La propuesta de Trump para Gaza merece nuestro oprobio. Dejar que un líder mundial (sea quien sea) proponga invadir y apropiarse de territorios ocupados es condenable y anuncia una guerra.