Andrés Manuel López Beltrán, conocido como “Andy”, no está del todo convencido de la reforma electoral impulsada por el gobierno de Claudia Sheinbaum, según fuentes cercanas al dirigente morenista. Aunque respalda la idea general de los cambios, considera que algunas disposiciones podrían generar conflictos internos en Morena y tensiones con sus aliados políticos, especialmente el Partido Verde (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT).

Uno de los puntos que más preocupa a Andy López es la eliminación de la reelección en municipios y el Poder Judicial, lo que, en su opinión, podría traducirse en problemas de gobernabilidad y vacíos legales que afectarían la estabilidad política y la estrategia de seguridad del país.

Además, las disposiciones contra el nepotismo incluidas en la reforma podrían derivar en una ola de amparos y litigios, una posibilidad que ya ha sido planteada por varios alcaldes y gobernadores de Morena, quienes han expresado sus dudas sobre la viabilidad de los cambios propuestos.

División interna en Morena y tensiones con aliados

López Beltrán ha reconocido en privado que la reforma puede provocar divisiones dentro de Morena en un momento en que el partido debería cerrar filas ante el escenario político internacional, en especial por la postura cada vez más agresiva de Donald Trump contra México.

Por otro lado, los aliados de Morena en el Congreso, PVEM y PT, han manifestado su inconformidad con la reducción de los espacios plurinominales, ya que esto limitaría su representación política en el Legislativo.

En el ámbito estatal, la incertidumbre es notable. Por ejemplo, en San Luis Potosí, el gobernador Ricardo Gallardo ha formado un equipo legal para evaluar el impacto de la reforma en su relación con la senadora Ruth González, quien aspira a sucederlo.

¿Una estrategia para reducir la influencia de los López Obrador?

Fuentes dentro del obradorismo consideran que la reforma electoral también podría interpretarse como una maniobra de Sheinbaum para reducir la influencia de la familia López Obrador dentro de Morena. Sin embargo, el llamado “obradorismo duro” no parece dispuesto a ceder espacios y ha adoptado una postura de resistencia, especialmente en el contexto del conflicto diplomático con Estados Unidos.

Una de las señales de esta tensión es la reciente reunión entre Andy López y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, quien ha sido señalado por autoridades estadounidenses debido a la creciente violencia en la entidad y la presencia de grupos criminales, en particular tras la captura de operadores clave del Cártel de Sinaloa en días recientes.

La postura de Andy López sugiere que el camino para la reforma electoral no será sencillo y que, en caso de aprobarse, podría enfrentar una oleada de impugnaciones legales que pondrían a prueba la capacidad de Morena para mantenerse unido.