Los enfrentamientos en la comunidad de Belém (Pitahaya), en Sonora, continúan escalando, en medio de una disputa territorial dentro de la Tribu Yaqui. A pesar de la presencia de policías estatales y elementos de la Guardia Nacional, autoridades locales señalan que las fuerzas de seguridad no han intervenido, argumentando que se trata de un conflicto interno de la comunidad indígena.
De acuerdo con el portal regional VícamSwitch, la violencia ha aumentado y ha provocado preocupación entre los habitantes. “Siguen los enfrentamientos en Pitahaya y cada vez son más violentos”, reportó el medio, advirtiendo que uno de los líderes de la comunidad habría sido agredido. “Ojalá que no suceda una desgracia o cosas más graves porque las cosas están muy calientes”, alertó.
Por su parte, la periodista Michelle Rivera informó que el conflicto se originó por la disputa de recursos y territorio entre grupos dentro de la comunidad. En sus redes sociales, explicó que el enfrentamiento involucra al llamado ‘gobierno dual’, que ha sido señalado por introducir personas ajenas al territorio y tener posibles vínculos con el crimen organizado.
A través de un comunicado en Facebook, la Guardia Tradicional de Belém, denunció la presencia de “pseudoautoridades” que actúan con total impunidad y que, desde noviembre de 2023, han permitido la entrada de grupos externos identificados como “jóvenes del pescado”, quienes han causado daños en la comunidad.
“Han traído a nuestro pueblo grupos de personas motorizadas que han causado daños significativos, golpeado a personas inocentes y generado disturbios durante la noche”, señalaron. La comunidad implementó un filtro de seguridad en la entrada del pueblo para impedir la presencia de personas externas, pero el grupo contrario ha intentado revertir estas acciones.
La Guardia Tradicional responsabilizó a distintas personas por nombre y apellido de encabezar el grupo opositor, acusándolos de presumir “contactos con personas peligrosas y poderosas”, lo que, según su versión, les ha permitido actuar sin temor a represalias.
El conflicto ha despertado críticas hacia el gobierno estatal y federal, ante la falta de intervención para evitar un aumento en la violencia. La Guardia Tradicional ha exigido mayor supervisión de las autoridades estatales para evitar que la situación derive en hechos más graves.